Necrológica:

Christopher Nolan, escritor con parálisis cerebral

Con 22 años ganó el principal premio literario de Irlanda

Algunas personas se sobreponen a las trampas de la vida y despliegan su creatividad y su fuerza en medio de condiciones donde otros lo darían todo por perdido. Ése fue el caso del escritor irlandés Christopher Nolan, que murió a los 43 años en Dublín el pasado 20 de febrero. Durante su nacimiento, el 6 de septiembre de 1965 en Mullingar, 80 kilómetros al oeste de la capital, sufrió falta de oxígeno en el cerebro. Quedó mudo y tetrapléjico. "Un gelatinoso, gimiente, húmedo y pringoso bebé", describió en uno de sus poemas, según citaba el diario The New York Times.

Gracias a que su...

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Algunas personas se sobreponen a las trampas de la vida y despliegan su creatividad y su fuerza en medio de condiciones donde otros lo darían todo por perdido. Ése fue el caso del escritor irlandés Christopher Nolan, que murió a los 43 años en Dublín el pasado 20 de febrero. Durante su nacimiento, el 6 de septiembre de 1965 en Mullingar, 80 kilómetros al oeste de la capital, sufrió falta de oxígeno en el cerebro. Quedó mudo y tetrapléjico. "Un gelatinoso, gimiente, húmedo y pringoso bebé", describió en uno de sus poemas, según citaba el diario The New York Times.

Gracias a que sus padres, Bernadette y Joseph, se dieron pronto cuenta de que el niño tenía una gran inteligencia, empezaron a estimular su cerebro leyéndole a James Joyce, Samuel Beckett y D. H. Lawrence. No todo iba a ser alta literatura. Bernadette ponía letras del alfabeto de colores en la cocina mientras le hablaba sin parar y su hermana, dos años mayor, le cantaba canciones e interpretaba pequeñas piezas de teatro o de películas.

Cuando su familia se mudó a Dublín, compartió colegio con Bono, el cantante de U2, que le dedicó la canción Miracle Drug. De hecho, esos años fueron los que Nolan reflejó en su autobiografía, Under the eye of the clock (Bajo el ojo del reloj, 1988), premiada con el prestigioso Withbread Prize. La escribió gracias a una nueva droga, que paraba sus continuos espasmos nerviosos, y a que su madre le sujetaba la cabeza mientras él tecleaba, una por una, las letras en una máquina de escribir eléctrica con un palo sujeto a su frente como si fuera un unicornio.

"Me sentí querido de verdad, amado de verdad, acosado en el colegio de forma equitativa y tratado con normalidad", dijo ese mismo año al periódico Christian Science Monitor. En la canción de U2, Bono imagina a Bernadette hablando con su hijo: "Quiero viajar por dentro de tu cabeza / pasar el día ahí / para escuchar las cosas que no has dicho / y ver lo que puede que hayas visto / las canciones están en tus ojos / lo veo cuando sonríes".

Su forma de escribir, que manifestó también en su primer libro, Dam-durst of dreams (Una presa a reventar de sueños, 1981), conjunto de poemas y relatos, y en su primera novela, The banyan tree (La higuera, 1999), revelaba una profunda influencia de Joyce, sobre todo por la invención de nuevos vocablos. También la de otras grandes voces de la literatura irlandesa, con la utilización de prosa poética. Tardó 10 años en completar su primera novela, la historia de una familia rural vista por los ojos de la abuela. "Me inspiré en una mujer mayor que se subía las faldas para saltar un surco en una campiña", explicó. Su segunda novela quedó incompleta a su muerte.

Algunos detractores dijeron que el Withbread Prize se lo dieron por su discapacidad, pero uno de los miembros del jurado, el profesor de historia contemporánea Ben Pimlott, aseguró: "Todo lo que puedo decir es que es un libro extraordinario", cita The Independent. Nolan no está traducido al español.

Christopher Nolan, en 1988.REUTERS

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