Análisis:Cosa de dos

¿Sábado?

Si es jueves, esto es sábado.

Es raro ver en jueves un programa que se llama Saturday night live; Antonio Resines lo explicó en el programa de patente USA que Cuatro estrenó el jueves: en USA invitan a gente como Tom Hanks, y aquí invitan a gente como Resines (él dijo "Resains"). Así que allí es Saturday y la versión española es Thursday.

Viene bien que sea en jueves, un día tan tenso. Las noticias allí se refieren a Obama, por ejemplo; aquí la postulación informativa propia apunta a Rouco, a Zapatero, a Esperanza Aguirre. Allí no se paran en tabúes, aquí hur...

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Si es jueves, esto es sábado.

Es raro ver en jueves un programa que se llama Saturday night live; Antonio Resines lo explicó en el programa de patente USA que Cuatro estrenó el jueves: en USA invitan a gente como Tom Hanks, y aquí invitan a gente como Resines (él dijo "Resains"). Así que allí es Saturday y la versión española es Thursday.

Viene bien que sea en jueves, un día tan tenso. Las noticias allí se refieren a Obama, por ejemplo; aquí la postulación informativa propia apunta a Rouco, a Zapatero, a Esperanza Aguirre. Allí no se paran en tabúes, aquí hurgan hasta en las faldas de la Iglesia. Allí los sketches me parecen menos teatrales; aquí se ve más el teatro.

El show comprende también la música, que aquí empezó rompiendo (El Canto del Loco, y una broma sobre Barón Rojo). Vuelve Eva Hache, un refresco en el dial; recupera para Cuatro el aire que tuvo ahí la medianoche. Y se incorpora Edu Soto (versátil como Mortadelo); la tele espera de él horas de gloria.

Se pasó rápido el show, y eso está bien. Disfrutó Resines (o Resains). Simuló, al empezar, un ataque de pánico, y no extrañaba, porque acababa de salir de un ascensor donde uno que pasaba por allí le interrogaba por la serie Los Serrano, que él protagonizó en Tele 5. Resines no respondía lo que el entrevistador quería, y el entrevistado recibió una tremenda bronca.

En otra cadena, la autonómica madrileña, vi algo parecido, pero en la realidad; entrevistaban a un señor, Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social, que no decía lo que parecían esperar en el estudio. Ni siquiera le esperaban a él, por lo que pareció, porque le recibieron como catedrático, le preguntaron como experto en la crisis, le dijeron que la crisis era más grande, y más española, de lo que iba diciendo, y con paciencia de monje fue manifestándose tímida pero claramente en sentido contrario, el muy osado.

No se está hundiendo el país, hombre, vino a decir Peña. Así que le despidieron, y antes de irse Peña levantó su dedo: "Que no soy catedrático, sino inspector de Trabajo". A lo mejor no era el invitado que esperaban para el jueves. Quizá a Marcos Peña lo hubieran querido el sábado.

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