Reportaje:

China salva la Copa del Mundo

La presencia de las campeonas olímpicas de gimnasia da brillo a una prueba devaluada en la que Isaac Botella fue bronce en salto

Desde 1981 no se celebraba una competición de gimnasia de primer nivel en Madrid. La Copa del Mundo, que acabó ayer en la ciudad candidata a organizar los Juegos Olímpicos de 2016, pretende serlo. Pero no lo consigue. Colocada al final de un calendario agotador, Juegos incluidos, con muchas de las grandes estrellas de este deporte ya retiradas o tomándose un respiro tras un año de locos, la fiesta de fin de temporada, la que ofrece más premios en metálico para estos deportistas, queda un tanto deslucida.

En el Telefónica Arena no estaba la campeona olímpica Nastia Liukin ni sus compatri...

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Desde 1981 no se celebraba una competición de gimnasia de primer nivel en Madrid. La Copa del Mundo, que acabó ayer en la ciudad candidata a organizar los Juegos Olímpicos de 2016, pretende serlo. Pero no lo consigue. Colocada al final de un calendario agotador, Juegos incluidos, con muchas de las grandes estrellas de este deporte ya retiradas o tomándose un respiro tras un año de locos, la fiesta de fin de temporada, la que ofrece más premios en metálico para estos deportistas, queda un tanto deslucida.

En el Telefónica Arena no estaba la campeona olímpica Nastia Liukin ni sus compatriotas estadounidenses y faltaban algunos de los mejores especialistas, el español Gervasio Deferr entre ellos. Pero ahí estaban las chinas, cuatro de las seis campeonas olímpicas, tan cuestionadas en Pekín por su edad -se dijo que no tenían los 16 años obligatorios para competir- para elevar el listón. "Aportaron la documentación que les pedimos, pasaportes y certificados de nacimiento, y no podemos perseguir a nadie", zanja el presidente de la federación, Bruno Grandi, que da por cerrada esa investigación. Con su expediente intacto, el equipo chino llegó a Madrid a arrasar. Y casi lo consigue. Se llevaron tres de los cuatro oros que se repartían las chicas y dos platas y demostraron que, hoy por hoy, sólo las americanas pueden hablarlas de tú a tú. Bastó con ver el salto de Cheng Fei, medio metro más alto que el de sus rivales, para darse cuenta de que estas chicas juegan en otra Liga.

Para el público español, bastante más numeroso del esperado, la sorpresa agradable fue Isaac Botella. El finalista olímpico logró el bronce en salto, a pesar de que su programa no está entre los más difíciles, y permitió maquillar el momento precario de la gimnasia española. Los otros dos participantes acabaron quintos (Manu Carballo en su gran especialidad, las paralelas, y Naomí Ruiz, en suelo).

Isaac Botella, en la final de salto.EFE

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