Crónica:Duodécima jornada de Liga

Osasuna sacude sus demonios

El cuadro de Camacho marca en un partido los mismos goles que en los 11 anteriores

La taquicárdica situación de Osasuna tenía en boca de Camacho el diagnóstico más certero: la victoria. Los tres puntos eran, sin duda, la medicación necesaria para formatear la moral de un conjunto que empezaba a dudar de sí mismo. Y en la duodécima jornada llegó. Pero no sin antes poner a prueba la capacidad de reacción de los rojillos.

El prólogo del partido indicaba un desenlace diferente. Cuando apenas se habían disputado cinco minutos, Azpilikueta abrazaba a Pellerano a la salida de un córner y Megía Dávila decretaba la pena máxima. Uno de esos penaltis sin penitencia en la ...

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La taquicárdica situación de Osasuna tenía en boca de Camacho el diagnóstico más certero: la victoria. Los tres puntos eran, sin duda, la medicación necesaria para formatear la moral de un conjunto que empezaba a dudar de sí mismo. Y en la duodécima jornada llegó. Pero no sin antes poner a prueba la capacidad de reacción de los rojillos.

El prólogo del partido indicaba un desenlace diferente. Cuando apenas se habían disputado cinco minutos, Azpilikueta abrazaba a Pellerano a la salida de un córner y Megía Dávila decretaba la pena máxima. Uno de esos penaltis sin penitencia en la mayoría de las ocasiones y que se escudan en el criterio del árbitro de turno. Negredo no perdonó y, a pesar de la estirada de Roberto, decantó la balanza del lado de un Almería que no sospechaba lo que ocurriría minutos más tarde. El desaforado ímpetu de Guillherme marcaba el cuello de un Azpilikueta cada vez más cómodo en labores ofensivas y su expulsión cambiaba por completo el papel almeriense.

OSASUNA 3- ALMERÍA 1

Osasuna: Roberto; Oier, Cruchaga, M. Flaño, Azpilikueta; Masoud (Delporte, m. 60), Nekounam, Puñal, Juanfran; Ezquerro (Vadozc, m. 89) y Pandiani (Portillo, m. 39). No utilizados: Ricardo; J. Flaño, Sergio y K. Sola.

Almería: Alves; Guillherme, Pellerano, C. García, Bruno; Mané, Álvarez, Juanito, José Ortiz (Natalio, m. 81); Negredo (Soriano, m. 63) y Piatti. No utilizados: Esteban; Acasiete, Juanma Ortiz, Solari y Corona.

Goles: 0-1. M. 6. Negredo, de penalti. 1-1 M. 13. Pandiani, de cabeza. 2-1. M. 70. Pellerano, en propia puerta. 3-1. M. 94. Vadozc.

Árbitro: Megía Dávila. Expulsó a Guillherme (m. 8) y amonestó a Azpilikueta, Mané, M. Flaño, Juanito, Juanfran y Pellerano.

15.994 espectadores en el estadio Reyno de Navarra.

Osasuna se creció y jugó su envite. Le salió bien. Primero, porque Pandiani remataba a la red un preciso centro de Masoud. Segundo, porque con el retorno del capitán, Puñal, todo parecía ganar criterio. Sin embargo, la maldición de Osasuna con el gol no iba a desaparecer tan rápidamente. Pandiani, lesionado, dejaba su sitio a un Portillo que parece haber perdido toda relación con el gol. Sin embargo, algo tenía de diferente este encuentro respecto a los anteriores. Y apareció ese detonante que parecía haberse exiliado de Pamplona: la fortuna. Pellerano marcaba en propia puerta. Pero la dulzura de los tres puntos iba a potenciarse aún con un gol más. Tres en un partido, los mismos que en los otros 11.

Nekounam y Pandiani se abrazan tras el gol del uruguayo.EFE

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