Crónica:Copa del Rey

El Benidorm niega al Barça

El equipo azulgrana pasa un mal rato ante un rival de Segunda B que se puso muy gallito

Destensado, el Barcelona pasó ayer un mal rato con el Benidorm, que se puso muy gallito, dispuesto no sólo a pelear el partido y después la eliminatoria. La noche se puso tan peligrosa para los azulgrana que Guardiola recurrió a Xavi y Eto'o después de apostar desde la salida por Messi. La seriedad de la alineación solamente sirvió para remarcar las dificultades del Barcelona, que sólo pudo marcar un gol, y de penalti, a cuatro minutos del final. Fecundo ante rivales notables, los azulgrana cuentan actuaciones desagradables ante adversarios de menor cartel como el Numancia, el Basilea o el Ben...

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Destensado, el Barcelona pasó ayer un mal rato con el Benidorm, que se puso muy gallito, dispuesto no sólo a pelear el partido y después la eliminatoria. La noche se puso tan peligrosa para los azulgrana que Guardiola recurrió a Xavi y Eto'o después de apostar desde la salida por Messi. La seriedad de la alineación solamente sirvió para remarcar las dificultades del Barcelona, que sólo pudo marcar un gol, y de penalti, a cuatro minutos del final. Fecundo ante rivales notables, los azulgrana cuentan actuaciones desagradables ante adversarios de menor cartel como el Numancia, el Basilea o el Benidorm, que jugó un muy buen partido pese a que la noche invitaba al recogimiento, tanto por el frío como por la ventaja adquirida por el Barça en la ida (0-1)

BARCELONA 1 - BENIDORM 0

Barcelona: Pinto; Alves, Puyol, Cáceres, Sylvinho; Gudjohnsen (Xavi, m. 61), Sergio Busquets, Keita; Messi (Pedro, m. 87), Bojan y Hleb (Eto'o, m. 69). No utilizados: Jorquera y Víctor Sánchez.

Benidorm: Caballero; Baixauli, Morcillo, Bardal, Dani Guillén; Ruano, Castell (Iker Urraca, m. 65), Javi Moreno, Luismi Loro (Moncho, m. 81); Chupe (Gorka, m. 69) y Flavio. No utilizados: Josi y Charly.

Gol: 1-0. M. 86. Rueda derriba a Bojan dentro del área y el árbitro pita penalti. Messi tira, rechaza Caballero y remacha el propio Messi.

Árbitro: Clos Gómez. Aragonés. Mostró la tarjeta amarilla a Javi Moreno.

Camp Nou. 23.442 espectadores.

El equipo azulgrana no se dio por enterado de la arenga de Guardiola durante la previa y se desentendió del partido. Le pudo la modorra y quedó expuesto con cierta reiteración al fútbol vigoroso del Benidorm, competitivo y decidido, dispuesto a pelear sin concesiones y desde el rigor táctico. El agarrotamiento barcelonista contrastaba con la valentía del plantel de Paco López. No prendía la chispa del juego azulgrana, cuya actuación remitía a menudo al choque aborrecible contra el Basilea. El Benidorm acompañó su buena presión defensiva con llegadas interesantes. Pudo marcar nada más empezar en un centro cruzado que no punteó Chupe o después en un libre directo de Luismi que Pinto sacó junto al palo. El portero era requerido regularmente, a veces con las manos y otras con los pies, siempre más activo que sus delanteros, desconectados de la media. Nadie combinaba en el Barça. Había partido para desdicha del equipo azulgrana, sorprendentemente paralizado, anudado por un contrario que jugaba lejos de su área, de manera ambiciosa.

El encuentro se puso tan feo para el Barcelona como estupendo para el Benidorm, cada vez más cómodo, firme y dueño del campo. De la distensión se pasó a la ansiedad y, entre medio quedó algún momento de miedo en el bando azulgrana. Ni siquiera Messi acertaba a superar a Caballero en el mano a mano ni tampoco en los disparo cruzados con los que acostumbra a acabar sus largas conducciones. Falto de línea de pase, el Barça apenas remataba a portería. No precisaba el chut ni le daba velocidad al juego mientras el Benidorm entraba fácilmente por las dos bandas y Flavio cogía la espalda de los centrales.

A Guardiola no le quedó más remedio que recurrir a Xavi para que procurara cambiar el guión del partido y a Eto'o para que intentara rematarlo. No mejoró, sin embargo, la circulación del balón ni tampoco la pegada. La incertidumbre sólo se rompió cuando Rueda trastabilló y arrolló a Bojan. El árbitro pitó penalti y Messi necesitó de dos disparos para marcar porque Caballero, sensacional en cada intervención, rechazó la pena màxima. El balón, sin embargo, quedó suelto y La Pulga lo envió a la red.

Tenía razón Guardiola cuando receló del partido en la previa y puso mucha munición en la cancha. El técnico, sin embargo, no consiguió poner en guardia a los jugadores. No es una novedad sino que los lapsus del Barça se producen de forma intermitente, generalmente en noches con muy poca gente y ante contrarios sin cartel que le niegan los espacios, circunstancia que refleja que todavía se trata de un equipo en formación por más invicto que permanezca desde Soria.

Pinto despeja de puños.VICENS GIMÉNEZ

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