Navarro deslumbra a los Lakers

El vestuario visitante del Staples Center, el mismo donde el pasado 26 de enero dijo "hasta aquí hemos llegado" tras otra desesperante actuación de su equipo de entonces, los Grizzlies de Memphis, recibió ayer con honores de héroe a Juan Carlos Navarro. Su entrenador, sus compañeros, sus rivales, todos le rindieron honores. Acababa de firmar una de las más sensacionales actuaciones de su carrera. Y eso que, a sus 28 años y tras 12 temporadas de profesional, colecciona unas cuantas. Por más amistoso que fuera el partido, todos sabían que era especial: el Barça contra los Lakers, un equipo españ...

El vestuario visitante del Staples Center, el mismo donde el pasado 26 de enero dijo "hasta aquí hemos llegado" tras otra desesperante actuación de su equipo de entonces, los Grizzlies de Memphis, recibió ayer con honores de héroe a Juan Carlos Navarro. Su entrenador, sus compañeros, sus rivales, todos le rindieron honores. Acababa de firmar una de las más sensacionales actuaciones de su carrera. Y eso que, a sus 28 años y tras 12 temporadas de profesional, colecciona unas cuantas. Por más amistoso que fuera el partido, todos sabían que era especial: el Barça contra los Lakers, un equipo español por primera vez en la meca del baloncesto, ante el subcampeón de la última campaña, el equipazo de Phil Jackson, el entrenador que tiene el privilegio de manejar los hilos en que se mueven Kobe Bryant, Pau Gasol y Andrew Bynum entre otros. Ante ese portaaviones, Navarro sacó a relucir su astucia, su puntería y su ascendente en el equipo de toda su vida, al que regresó este verano tras su corta experiencia en Memphis. En el Staples, uno de los santuarios de la NBA, firmó 34 puntos, con siete triples en 13 intentos, además de siete asistencias. Más puntos que en ningún otro de los 82 partidos que La Bomba disputó con los Grizzlies.

"Ha sido divertido. Nos ha faltado creer más en nosotros", lamenta el azulgrana

Sin Bryant ni los titulares, el conjunto de Phil Jackson es muy vulnerable

Navarro fue el alma del Regal Barça, que sonrojó a los Lakers, especialmente a sus reservas. El equipo de Phil Jackson fue muy superior cuando estuvieron en la cancha sus titulares -con Bynum y Gasol y sin Odom-, pero ni el colchón de 21 puntos en el segundo cuarto (40-19) ni el de los 15 del final del tercer acto (83-68) le bastaron para evitar los apuros de última hora. La carga de Navarro, bien secundado por Lakovic e Ilyasova, estuvo a punto de causar un estropicio cuando Jackson decidió dar descanso a Bryant, Gasol y Bynum. Parece increíble que un equipo de tal calibre dependa tanto de ellos, especialmente de Kobe, sin quien da una tremenda sensación de vulnerabilidad.

El Barcelona mostró sus dos caras: la del equipo capaz de arrasar, como cuando endosó un parcial de 1-19 a los Lakers en el momento en que éstos tiraron de jugadores del fondo del banquillo como Giles, el chino Sun Yue o Karl, y la del equipo que se desploma, capaz de perder 27 posesiones del balón, anotar sólo 28 puntos en la pintura frente a los 74 de su rival o regalar 35 puntos de contraataque.

"Ha sido un partido divertido. Al final, hemos estado muy cerca porque sus mejores jugadores se han sentado en el banquillo. Nos ha faltado creer un poco más en nosotros", lamentó Navarro. Su amigo y esta vez rival, Gasol, admitió: "Hemos intentado divertirnos y divertir, pero nos han hecho trabajar a fondo. Me habría gustado jugar más minutos, pero esto es lo que tiene la pretemporada". El torneo proseguía esta madrugada con la disputa de la final entre los Lakers y los Raptors de José Manuel Calderón y el partido entre el Barcelona y los Clippers.