Necrológica:

Ken Ogata, actor japonés

El japonés Ken Ogata, conocido por sus dramáticas actuaciones en numerosas películas para el cine y la televisión -como la internacionalmente galardonada La balada de Narayama o Mishima-, falleció el pasado 5 de octubre a los 71 años de un cáncer de hígado que le fue detectado hace varios años y del prefirió no operarse, informó su familia.

Nacido en 1937, Ogata entró a formar parte de un grupo de teatro en 1958, pero el papel que le catapultó a la fama en Japón fue cuando protagonizó al señor de la guerra Hideyoshi en el filme dramático de época Taikoko (1965).
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El japonés Ken Ogata, conocido por sus dramáticas actuaciones en numerosas películas para el cine y la televisión -como la internacionalmente galardonada La balada de Narayama o Mishima-, falleció el pasado 5 de octubre a los 71 años de un cáncer de hígado que le fue detectado hace varios años y del prefirió no operarse, informó su familia.

Nacido en 1937, Ogata entró a formar parte de un grupo de teatro en 1958, pero el papel que le catapultó a la fama en Japón fue cuando protagonizó al señor de la guerra Hideyoshi en el filme dramático de época Taikoko (1965).

El actor, cuyo verdadero nombre era Akinobu Ogata, había estado trabajando para el celuloide y la televisión hasta poco antes de su fallecimiento, e incluso había ofrecido una rueda de prensa en Tokio el pasado 30 de septiembre para anunciar la nueva serie televisiva Kaze no garden (Jardín del viento), en el que él es un médico de avanzada edad que trata a los enfermos terminales. Tras su rodaje fue hospitalizado.

Con La balada de Narayama (1983), dirigida por Shohei Imamura (1926-2006), Ogata ganó el premio de Mejor Actor, otorgado por la Academia japonesa. La película también fue galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1984. El filme relata la vida de un pueblo del Japón del siglo XIX, que subsiste gracias a la caza y la agricultura y en el que, debido a la penuria, sus habitantes regulan la cifra de población mediante la práctica habitual de infanticidio y el abandono a las personas de 70 años a su suerte en el remoto monte de Narayama.

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