Arte y crítica social en el Marco

Treinta y dos años después de que Manuel Fraga pronunciase su famosa frase "La calle es mía", la tal expresión preside ahora la fachada del Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco). "Démosles a los políticos la oportunidad de entrar en el campo de la estética", explica el responsable de la acción, el madrileño Fernando Sánchez Castillo, uno de los ocho artistas internacionales presentes en la exposición inaugurada ayer en la planta baja, y en la fachada, del museo vigués, 7+1 Project Rooms. Su luminoso, creado con cerca de 1.200 bombillas de 10 watios, es el añadido expresado en el título....

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Treinta y dos años después de que Manuel Fraga pronunciase su famosa frase "La calle es mía", la tal expresión preside ahora la fachada del Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco). "Démosles a los políticos la oportunidad de entrar en el campo de la estética", explica el responsable de la acción, el madrileño Fernando Sánchez Castillo, uno de los ocho artistas internacionales presentes en la exposición inaugurada ayer en la planta baja, y en la fachada, del museo vigués, 7+1 Project Rooms. Su luminoso, creado con cerca de 1.200 bombillas de 10 watios, es el añadido expresado en el título.

"La frase cambia radicalmente en este espacio público y de vida urbana en el centro de Vigo, además cuenta con más lecturas sobre un edificio que fue cárcel", interviene el crítico de arte cubano Gerardo Mosquera, artífice de la reunión en su papel de comisario y considerado una autoridad internacional en el arte contemporáneo.

Cuenta el director del Marco, Iñaki Martínez Antelo, que se trata de un modo de trabajar inédito en la institución: en lugar de proponer un tema a los artistas, son ellos quienes ocupan el espacio como les parece, con obras específicamente creadas para el Marco, o con adaptaciones de creaciones ya existentes. "Como decía mi sastre", bromea Mosquera, "es más difícil arreglar que hacer un traje nuevo".

Entre las novedades se encuentra el trabajo del dúo Heavy Industries, afincado en Seúl. Son un artista estadounidense y otro coreano que trabajan en exclusiva para Internet con una sorprendente economía de medios. La violencia de género es también el eje de la instalación sonora creada por la mexicana Teresa Margolles: 24 altavoces que emiten en sesión continua los sonidos recogidos por ella en otros tantos escenarios del feminicidio que desangra Ciudad Juárez. "Todos los que estamos alrededor de esta tragedia sólo conseguimos generar más caos, provocar más dudas, pero no alcanzamos a pararla; ya van 80 asesinadas este año y las hijas de las muertas ya tienen edad para ser asesinadas".

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