Análisis:Cosa de dos

El tiempo pasa

El tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos. Cuando iba a cumplir 60 años y estaba en el destierro de Fuerteventura, Miguel de Unamuno escribió estos versos: "Voy ya, Señor, a los sesenta, historia / larga mi vida de tenaz empeño, / y siento el peso del eterno sueño / que llega con la carga de la gloria". En la televisión el tiempo es oro, y pasa enseguida. Y pasan los hombres del tiempo. La televisión se desayunó con Mariano Medina, hace más de medio siglo, y luego los años nos han traído otros rostros diciendo qué tiempo hace. Es mucho menos cruel el tiempo que hace que el tiempo que pasa, au...

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El tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos. Cuando iba a cumplir 60 años y estaba en el destierro de Fuerteventura, Miguel de Unamuno escribió estos versos: "Voy ya, Señor, a los sesenta, historia / larga mi vida de tenaz empeño, / y siento el peso del eterno sueño / que llega con la carga de la gloria". En la televisión el tiempo es oro, y pasa enseguida. Y pasan los hombres del tiempo. La televisión se desayunó con Mariano Medina, hace más de medio siglo, y luego los años nos han traído otros rostros diciendo qué tiempo hace. Es mucho menos cruel el tiempo que hace que el tiempo que pasa, aunque lo adormezca la carga de la gloria. José Antonio Maldonado, el hombre del tiempo de TVE, se va ahora, a un año de cumplir los 65, arrastrado por la ola del ERE. Se va con la carga de la gloria, como se fue hace nada Paco Montesdeoca, a cultivar su propio tiempo. Con un nuevo puntero se anuncia una joven, Mónica López. No cambiará el tiempo, pero lo dará una voz distinta, un rostro que aún no siente "el peso del eterno sueño". Que tenga tanta repercusión la marcha de un hombre del tiempo tiene que ver con la vida y de cómo ésta pasa.

En televisión la ausencia es noticia de un instante, y después es olvido. Ahora tenemos en las cámaras a Obama, y se ve a lo lejos una figura que ya no es nada, pero sigue siendo presidente de EE UU. Metió al mundo en una guerra estúpida cuya foto inicial a Aznar (acaba de decirlo) le gustó mucho, porque puso a España a la altura de los tiempos. Malditos tiempos, o temporales. Ahora Obama es la estrella del tiempo nuevo, llena la pantalla como si fuera Phelps, pero ya llegará el tiempo en que le caiga la sombra que tienen sus antepasados, y los que vendrán. La semana próxima, cuando McCain le robe un minuto de pantalla la gente creerá que Obama ya es sombra. La sombra espera; y a veces resiste. Ahí tienen a Putin. Se fue para quedarse. Le dijo a la BBC de qué estaba hablando en las gradas del estadio de Pekín con Bush, la otra sombra mala aún presente. De la guerra, hablaba de la guerra, "y George no entendió". Ahora se sabe que la niña que cantó era falsa, y que éstos tuvieron un minuto tan sólo para hablar de estas sombras terribles de la muerte. No se irán "con la carga de la gloria". Serán sombras oscuras del tiempo.

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