Reportaje:PEKÍN 2008 | día 16

A un paso de la NBA

La selección española de baloncesto disputará su segunda final olímpica contra Estados Unidos

De Michael Jordan a Kobe Bryant. Veinticuatro años después, la selección española de baloncesto disputará su segunda final olímpica, una epopeya para una generación de oro acostumbrada al éxito desde que en 1999 se impusiera en el Mundial júnior de Lisboa.

Entonces, con Raúl López, Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y Berni Rodríguez -en activo en Pekín-, derribó el imponente muro de Estados Unidos -sin restos del equipo de Lisboa en China. Una barrera que en Los Ángeles 1984 no logró superar la inolvidable selección de Corbalán, Epi y Fernando Martín, líderes de un gru...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

De Michael Jordan a Kobe Bryant. Veinticuatro años después, la selección española de baloncesto disputará su segunda final olímpica, una epopeya para una generación de oro acostumbrada al éxito desde que en 1999 se impusiera en el Mundial júnior de Lisboa.

Bolt gana su tercer oro (4x100 metros) con su tercer récord del mundo (37,10s)
Más información

Entonces, con Raúl López, Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y Berni Rodríguez -en activo en Pekín-, derribó el imponente muro de Estados Unidos -sin restos del equipo de Lisboa en China. Una barrera que en Los Ángeles 1984 no logró superar la inolvidable selección de Corbalán, Epi y Fernando Martín, líderes de un grupo que expandió por España una onda de entusiasmo sin precedentes. Lo mismo que ahora el equipo que dirige Aíto García Reneses, que, tras un Mundial y un subcampeonato europeo, aterriza en su tercera gran final. Y, como entonces en Los Ángeles, de nuevo con Estados Unidos en el último peldaño hacia la eternidad.

Esta vez (mañana, 8.30 hora peninsular española) no estarán universitarios como Jordan, Pat Ewing o Chris Mullin, sino pretorianos de primera ya cuajados con todo tipo de reverencias en la NBA: Kobe, LeBron James... Un reto, por tanto, mayor incluso que el de los Juegos angelinos. Por el forraje del actual equipo estadounidense y porque, al contrario que en Atenas 2004 o en los últimos Mundiales, en esta ocasión sí parece un conjunto decidido a recuperar la supremacía. Argentina, su verdugo en la cita olímpica griega, lo pudo comprobar ayer. Como España en la primera fase, cuando fue vapuleada por los norteamericanos. Pese al viaje lunar que supone medirse a Estados Unidos, la selección española ha demostrado en estos Juegos su enorme efectividad. No ha tenido la misma brillantez que en su Mundial japonés, pero los grandes equipos también son aquellos que resultan competitivos incluso cuando se les apaga la luz. España supo remontar ante el fatigoso equipo chino y ayer hizo lo mismo ante una gran selección lituana. Toda una prueba de fiabilidad para un grupo que nada tiene que temer. Ha alcanzado la cota que se le suponía, por casta y talento, aunque haya prevalecido el primer atributo. Frente a la NBA le hará falta de todo, pero es aquélla quien se siente más obligada.

Aseguradas las medallas de baloncesto y hockey, España sumó ayer la duodécima. Gratificante y muy meritoria, pero con cierto desencanto. David Cal se frenó en la plata cuando todo apuntaba al oro por su extraordinaria clase, porque era el campeón olímpico en C-1 1.000 metros y porque él mismo se había vaticinado dos victorias. El propio piragüista gallego, siempre tan retraído, no pudo disimular cierta decepción en la ceremonia del podio y ante los medios de comunicación. Attila Vadja le cerró el paso, pero Cal, un superdotado, aún tiene la opción del oro en los 500 metros (hoy, 9.45). Al igual que el hockey hierba, que también peleará hoy por la victoria final con Alemania (14.30). La selección de balonmano, atropellada por Islandia, debatirá el bronce con Croacia (mañana, 7.30).

Quien ya nada tiene que discutir es Usain Bolt, que ayer conquistó su tercer oro (4x100 metros) y, al estilo de Michael Phelps, con récord del mundo incluido (37,10s). La gesta de Bolt y sus compañeros jamaicanos no sólo mitifica aún más al pope de la velocidad, sino que entroniza a su país y exilia a los estadounidenses, que han anunciado una profunda revisión de su programa de atletismo. Al fondo, el caso Balco.

En Bolt no se advierten límites y, a sus 22 años, salvo que la fama se le indigeste y le supere su guiñol, no hay registros de larga duración en las pruebas de velocidad. Su aparición en Pekín acentúa la inmortalidad de estos magníficos Juegos. Unos Juegos que pueden presumir de un cartel de ganadores en el que, a falta de Tiger Woods, están los principales iconos del deporte mundial: Phelps, Usain Bolt y Rafa Nadal. Quizá Pau Gasol pueda evitar que se corone el cuarto: Kobe Bryant.

Pau Gasol machaca el aro ante Lituania.AFP

Sobre la firma

Archivado En