La relación Messi-Barça se tensa

El club ratifica que no cede al jugador a la selección argentina pese al requerimiento de la FIFA

Los dos últimos entrenamientos del Barça en Saint Andrews concluyeron de la misma manera: Pep Guardiola, técnico azulgrana, conversando con Lionel Messi a pie de césped. El diálogo que mantuvieron el miércoles fue un tanto tirante, por mucho que acabara con sonrisas, quizás propias de la tensión. Guardiola retó a su alumno a mejorar. Ayer por la mañana, sin embargo, el aparte fue mucho más distendido y cariñoso. Una exigencia y un piropo. Un grito y un arrumaco. Guardiola alterna consejos y mimos para pulir a Messi, mosqueado sobremanera con el club por no permitirle acudir a los Juegos de Pek...

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Los dos últimos entrenamientos del Barça en Saint Andrews concluyeron de la misma manera: Pep Guardiola, técnico azulgrana, conversando con Lionel Messi a pie de césped. El diálogo que mantuvieron el miércoles fue un tanto tirante, por mucho que acabara con sonrisas, quizás propias de la tensión. Guardiola retó a su alumno a mejorar. Ayer por la mañana, sin embargo, el aparte fue mucho más distendido y cariñoso. Una exigencia y un piropo. Un grito y un arrumaco. Guardiola alterna consejos y mimos para pulir a Messi, mosqueado sobremanera con el club por no permitirle acudir a los Juegos de Pekín. El problema del futbolista, en cualquier caso, no sólo se limita a la fijación que Guardiola tiene sobre él, sino que trasciende al club. Pero el Barça, que paga el salario del jugador, hace oídos sordos a la pretensión del argentino y comanda una revolución contra la exigencia de la FIFA de liberar a los jugadores de los compromisos con sus clubes con el fin de que puedan disputar los Juegos Olímpicos.

"Es innegociable e indiscutible su derecho de acudir a los Juegos", dice su padre
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Consciente de que debe ser el punto final del ataque del Barça o el penúltimo escalón para cerrar las jugadas, Guardiola tolera algún que otro resoplido o lamento de Messi al tiempo que le exige que redoble su esfuerzo en el aspecto defensivo. "¡Tapa la banda, la subida del lateral!", se desgañita. "Por detrás, se cubre por detrás", suelta después al tiempo que mueve los brazos como molinillos. Y Messi, cabizbajo porque lo suyo es atacar las porterías adversarias, asiente de mala gana. "Leo se está entrenando sensacionalmente. Estamos encantados con él y hay que seguir así", detalló Tito Vilanova, segundo entrenador azulgrana. Y si no ocurre eso, Guardiola le persigue, le pica un poco y después le descorcha una sonrisa. Motivador puro. Pero Messi no soporta mucho las charlas y tiene la cabeza en los Juegos. "No se tiene en cuenta la clara voluntad de mi hijo Leo", manifestó Jorge Messi.

Alineado con la Asociación Europea de Clubes (ECA) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el Barça se resiste a ceder al futbolista mientras esté en liza la previa de la Champions. Joan Laporta, presidente del club, enfatizó la importancia del torneo: "Marcará como será nuestra temporada".

La Asociación de Fútbol Argentina (AFA), sin embargo, y con el respaldo de la FIFA, exige la liberación del jugador apelando al espíritu olímpico. Pero el vacío legal -el evento no está en el calendario de la FIFA y el organismo internacional- revuelve a todos. Ayer se le notificó al Barça, a través de la Federación Española, la circular 1.153 de la FIFA, donde su presidente, Joseph Blatter, reitera que el club debe liberar a Messi, basándose en el derecho consuetudinario. "La FIFA no obliga a los clubes a esta liberación", replicó el Barça con determinación. "Hasta que no se produzca una reunión ejecutiva de la FIFA y nos obliguen, el jugador seguirá aquí (en Saint Andrews)", afirmó Txiki Beguiristain, director deportivo azulgrana. "Hay que alejar a Messi de todas estas presiones", puntualiza Rafael Yuste, responsable del área deportiva. "Messi está haciendo la primera pretemporada en tres años con el Barça", recordó Beguiristain; "y es feliz por estar aquí". No opina lo mismo su padre. "Es innegociable e indiscutible el deseo y el derecho de Messi de acudir a los Juegos", sentenció. Pero muchos clubes europeos se posicionan como el Barça y ejercen también su fuerza. "Espero que todo se resuelva pronto y Messi juegue con nosotros", deseó Puyol, capitán del equipo. Un dilema para Messi, que ha perdido a sus mejores amigos en el Barça -Ronaldinho se ha ido al Milan; y Deco, al Chelsea- y que, por muchos gritos que le dedique Guardiola, se siente tan solo como molesto. El técnico, tras el amistoso en que el argentino fue elegido el mejor, zanjó: "Blatter tendría que decidir ya. Leo es el perjudicado. Ya está bien y ya cansa, pero él es tan importante como el último masajista".

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