Reportaje:TOUR 2008 | 15ª etapa

La gran familia danesa

Sastre se queda sin el 'maillot' amarillo, aunque en el CSC afirman que tienen dos líderes: el español y Frank Schleck

Mientras a Frank Schleck le entregaban el maillot amarillo en la pradera de Prato Nevoso, en los Alpes italianos, llenos de pinos y abetos, con olor a resina, Carlos Sastre se tomaba una coca cola sentado tranquilamente en uno de los coches del CSC. Gorra, móvil y manos al volante. Era el único mando del que podía presumir ayer porque su ataque final sólo le valió para recortar distancias con Menchov y Evans. Nada más. Allí se quedó, mirando por la ventanilla empapada de agua.

Parece que en su equipo, por mucho que se nieguen a reconocerlo, se ha abierto una guerra de sangre y co...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Mientras a Frank Schleck le entregaban el maillot amarillo en la pradera de Prato Nevoso, en los Alpes italianos, llenos de pinos y abetos, con olor a resina, Carlos Sastre se tomaba una coca cola sentado tranquilamente en uno de los coches del CSC. Gorra, móvil y manos al volante. Era el único mando del que podía presumir ayer porque su ataque final sólo le valió para recortar distancias con Menchov y Evans. Nada más. Allí se quedó, mirando por la ventanilla empapada de agua.

Parece que en su equipo, por mucho que se nieguen a reconocerlo, se ha abierto una guerra de sangre y con hermanos de por medio. Todos dicen que son una gran familia, que todos son amigos, que los unos ayudan a los otros, que eso de tener dos hombres-líder es una ventaja. Pero Andy, el menor de los Schleck, el más despistado, el que va pidiendo a diario el aparato para controlar las pulsaciones porque dice que lo ha perdido y luego resulta que tiene dos guardados en la maleta, no se lo pensó dos veces y ayer hizo un trabajo fundamental para Frank.

"El Tour lo ganará Sastre, es el más fuerte", afirma el padre de Schleck
"Tienen total libertad; cuando ataque Carlos, Frank vigilará y viceversa", dice Riis
Más información

Así lo reconoció su padre Johnny, ex ciclista, y ahora chófer de visitantes vip en el Tour: "Andy ha sido fundamental, ha estado animando a su hermano todo el tiempo diciéndole que aguantara y que no se viniera abajo". A él, al pequeño con cara de niño bueno, le produce algo parecido a la urticaria que le pregunten para quién trabaja, si para su hermano o para Carlos Sastre, el que en teoría es el líder del equipo. "Yo trabajo para el CSC. Primero lo hice para Carlos y cuando éste atacó, para Frank", explicó ayer con su eterna sonrisa en la cara y una toalla azul en el cuello. Los dos hermanos lo comparten todo: zapatillas, camisetas, incluso los calcetines. Mientras el resto de sus compañeros van rotándose de habitación, ellos siempre duermen juntos.

La tragedia danesa, aunque lejos del castillo de Kronborg, está servida: el más activo fue Sastre, pero el que se vistió de amarillo fue el mayor de los Schleck. "Sí, pero el Tour lo ganará Sastre, es el más fuerte", concedió Johnny mirando a su hijo Frank de 28 años en lo más alto del podio. Al bajar, éste le regaló el ramo de flores y el león, mascota de la que nunca se ha separado Cadel Evans estos últimos días -en el descanso en Pau, la semana pasada, organizó una rueda de prensa en el jardín del hotel y, al lado de la tumbona y de la mesa de playa, descansaba el dichoso león de peluche-.

Frank fue el único que desveló cuales habían sido los planes para el primer duelo en los Alpes. Los desveló como si estuviera viviendo un cuento, con los mofletes todavía muy rojos por el esfuerzo y deseando irse al hotel a celebrarlo con una copa de champaña. "Somos un grupo muy homogéneo que se encuentra bien en todos los terrenos: llanura y montaña. Y ayer el plan que había dibujado el equipo ha funcionado como estaba previsto: Andy ha ido marcando los tiempos, Carlos ha recuperado segundos importantes en la general y yo me he vestido de amarillo", explicó. El ataque a tres es la misma táctica que el equipo utilizó en Hautacam.

"Los líderes son ambos porque ambos están en unas posiciones óptimas. Así que esperaremos y esperaremos", comentó Kim Andersen, director deportivo del equipo danés. Bjarne Riis, el team manager, entonó la misma cantinela. "Tienen total libertad: cuando ataque Carlos, Frank se quedará a vigilar a los favoritos y cuando ataque Frank, el que hará de vigilante será Carlos", dijo, convencido de que es una táctica que nunca falla. Al festival de la amistad y de la vida color de rosa se unió también Carlos Sastre: "Jugamos con dos bazas y es una ventaja que no tienen otros equipos", dijo el español, que se aprendió el discurso en los Pirineos y ayer lo recicló en los Alpes. Como si de las mismas montañas se tratara. Pero, como diría Flecha, los Pirineos son como ver un dvd en casa, y los Alpes, una película en el Imax, el cine de tres dimensiones.

Sastre, por delante de Menchov en la etapa de ayer.EFE

Sobre la firma

Archivado En