"¡Basta de fotos!"

Todo tiene un límite. El horario oficial del XVI Congreso Nacional del PP decía ayer que Mariano Rajoy sería proclamado presidente poco después de las ocho de la tarde. A esa hora, no se había empezado a votar. "Las horas no las marca uno, las marca el congreso", se resignaba Manuel Fraga. Así que depositó sus dos papeletas, con "Mariano Rajoy" escrito dentro, y decidió que se marchaba al hotel. No vio la proclamación. Sólo estuvo 11 horas en el congreso, discurso incluido, en el que repasó la historia del PP desde Jaime I y el Reino de Valencia. La agenda de Fraga no admite más retrasos de lo...

Todo tiene un límite. El horario oficial del XVI Congreso Nacional del PP decía ayer que Mariano Rajoy sería proclamado presidente poco después de las ocho de la tarde. A esa hora, no se había empezado a votar. "Las horas no las marca uno, las marca el congreso", se resignaba Manuel Fraga. Así que depositó sus dos papeletas, con "Mariano Rajoy" escrito dentro, y decidió que se marchaba al hotel. No vio la proclamación. Sólo estuvo 11 horas en el congreso, discurso incluido, en el que repasó la historia del PP desde Jaime I y el Reino de Valencia. La agenda de Fraga no admite más retrasos de los necesarios. "Esto pasa en todos los congresos", concede, "pero para mí es un poco cansado. Voy a ver si me voy al hotel y duermo un poco". La jornada había comenzado a las nueve menos veinte de la mañana. Sin contar la inaplazable lectura de prensa matutina. Faltaba hora y media para que comenzaran las sesiones y más de tres horas para que pasara algo interesante. Pero Fraga estaba atendiendo, desde las 9.10, un compromiso de 20 minutos con la cadena SER.

Fraga se vio ayer en todos los periódicos supuestamente desairado por Aznar, que a la vista de todo el mundo pasó de saludarle cuando entró en el plenario del congreso ondeando el flequillo. "Ayer se inventaron que Aznar estaba frío conmigo", decía bastante divertido. "Pero estuvimos hablando todo el tiempo y fue de lo más grato. Además, había comido con él un par de días antes". Sus colaboradores insisten en que la relación entre ambos es excelente. Volvieron a comer juntos ayer.

La cita fue a las dos en la sala VIP de la Feria de Valencia, con Mariano Rajoy, Aznar, todos los presidentes autonómicos del partido y la alcaldesa Rita Barberá. Después, estuvo sentado en el plenario otras tres horas, discurso de Rajoy incluido. Fraga por poco no llega. Aunque tiene un paso más ágil de lo que parece, le es imposible moverse por la Feria. La gente sale a su paso como si fuera un actor de cine. Una foto, otra foto... Militantes canarios, argentinos. "Yo tengo una foto con él de hace años, pero me voy a hacer otra". Él atiende todas las peticiones, con evidente gesto de confusión. Pero ayer perdió la paciencia. "¡Basta de fotos!", rugió en un momento dado.

Pero, por la tarde, la misma historia. Se inicia la votación. A las 20.05, Fraga baja del plenario. Apenas 50 metros le separan de la mesa de votación, pero no llega hasta las 20.15 porque se hace una docena de fotos por el camino. Todo tiene un límite. Las fotos, los retrasos. Y a veces, también Fraga.