Penaltis sin prórroga

Libor Sionko, un volante derecho que milita en el FC Copenhague, y Vaclav Sverkos, delantero del Banik Ostrava, han sido los dos goleadores de la República Checa. Aunque sólo jugó 38 minutos, el tanto de Sverkos le dio la victoria a su equipo contra Suiza mientras que el de Sionko ante Portugal le sirvió sólo a efectos numéricos. A Turquía le redimió frente a Suiza un gol en la última jugada de Arda Turan, centrocampista del Galatasaray, que supuso el 1-2. Turcos y checos se enfrentan hoy en un partido decisivo para la clasificación con los mismos puntos (3) y la misma diferencia de goles a fa...

Libor Sionko, un volante derecho que milita en el FC Copenhague, y Vaclav Sverkos, delantero del Banik Ostrava, han sido los dos goleadores de la República Checa. Aunque sólo jugó 38 minutos, el tanto de Sverkos le dio la victoria a su equipo contra Suiza mientras que el de Sionko ante Portugal le sirvió sólo a efectos numéricos. A Turquía le redimió frente a Suiza un gol en la última jugada de Arda Turan, centrocampista del Galatasaray, que supuso el 1-2. Turcos y checos se enfrentan hoy en un partido decisivo para la clasificación con los mismos puntos (3) y la misma diferencia de goles a favor (2) y en contra (3). Así las cosas, si los 90 minutos del partido acaban con empate, se impondrá acto seguido una tanda de penaltis, sin mediar prórroga, como manda el artículo 7.08 de la competición. Una suerte inédita que otorga a un encuentro de una fase de clasificación prácticamente el mismo trato que una ronda de octavos de final.

Ambos equipos ensayan los penaltis en los entrenamientos, y Sionko ya ha anunciado que, llegado el caso, no lo va a tirar "como Panenka", el futbolista que paralizó la tanda con un lanzamiento sobrecogedor en cámara lenta durante la final de 1976 en la que Checoslovaquia le ganó el título a Alemania. Los checos, que nunca han perdido en sus duelos con los turcos, salieron vencedores de la ruleta de los penaltis en las tres ocasiones en que tuvieron que afrontarla mientras Turquía nunca ha pasado por tal situación. Los turcos también practican penaltis y, al mismo tiempo, atienden a sus cuestiones personales. Antes del partido, Semih Senturk, Servert Cetin y Ugur Boral se examinarán en la concentración de la prueba de acceso a la universidad. El examen durará más que el partido, tres horas concretamente, y los futbolistas se someterán a un test para poder cursar estudios deportivos de grado superior. Las pruebas serán supervisadas por dos jefes de estudios desplazados desde Ankara.

Las presumibles bajas de Emre y Tümer no han encogido al equipo de Fatih Terim, que aspira a protagonizar la sorpresa "siempre que juguemos como lo hicimos contra los suizos". "Los turcos son fuertes técnicamente, muy creativos, y su juego es muy difícil de descifrar", anuncia Karel Brückner, seleccionador checo, quien podría apostar por el dúo Baros-Koller para intentar acabar con los problemas ofensivos. Hasta el momento no se sabe muy bien a qué juega el técnico con sus arietes, puesto que los ha alternado sin mayor explicación y todavía no ha dado bola a Martin Fenin, un prodigio de 21 años que marcó un triplete en su debut con el Eintracht de Francfort. Más que de delanteros, el problema de los checos es que se han quedado sin sus pasadores, futbolistas como Nedved, Rosiscky o Poborsky, que les llevaron a disputar los títulos internacionales. Los famosos son ahora los defensas y la figura responde al nombre de Peter Cech, un portero excepcional que justamente perdió la Copa de Europa ante el Manchester de Van der Sar en la tanda de penaltis. Al otro lado, además, estará Volkan Demirel, el guardameta del Fenerbahçe que dio el triunfo en la Champions ante el Sevilla. Portugal, clasificada, y Suiza, eliminada, juegan hoy un partido intrascendente.