Rusia golea a Lituania

La selección de Rusia dedicó la tarde de ayer a practicar un último simulacro antes de medirse a España el próximo 10 de junio en Innsbruck. El amistoso (4-1 para el conjunto de Hiddink) enfrentó a Rusia con Lituania en el campito de las industrias químicas Wacker, en la localidad bávara de Burghausen. Dice mucho de la organización que ofrece la federación rusa a su equipo el hecho de que la concentración se estableciera en Rottach, un pueblo alemán situado a dos horas de viaje por carreteras secundarias. Los futbolistas llegaron al estadio con las piernas rígidas. Entumecidos. Se estiraron un...

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La selección de Rusia dedicó la tarde de ayer a practicar un último simulacro antes de medirse a España el próximo 10 de junio en Innsbruck. El amistoso (4-1 para el conjunto de Hiddink) enfrentó a Rusia con Lituania en el campito de las industrias químicas Wacker, en la localidad bávara de Burghausen. Dice mucho de la organización que ofrece la federación rusa a su equipo el hecho de que la concentración se estableciera en Rottach, un pueblo alemán situado a dos horas de viaje por carreteras secundarias. Los futbolistas llegaron al estadio con las piernas rígidas. Entumecidos. Se estiraron un rato en el vestuario, y salieron a jugar sin más preámbulos.

Guus Hiddink, el seleccionador de Rusia, experimentó con dos alineaciones. La primera, con varios suplentes, comandada por el enganche del Zenit, Zirionov. La segunda, a partir del descanso, en manos del media punta del Lokomotiv, el irregular Bylialetdinov. El equipo se desplegó en una formación convencional de 4-4-2. En la segunda parte, Hiddink repobló a su equipo con jugadores más rápidos. Por la derecha puso a Yanabaev, un lateral más íntegro que su predecesor, y lo emparejó con Bistroi, un extremo impetuoso que exhibió su pegada en el cuarto gol ruso. En la punta, el técnico reemplazó al gigante Adamov por Pavliuchenko, un nueve de verdad, que permitió a Arshavin moverse entre líneas con eficacia.

De este modo, a Bylialetdinov no le resultó tan difícil llevar la manija. El zurdo del Lokomotiv es el jugador más elegante de Rusia. Sin él, su selección se vulgariza. Arshavin aprovechó las ventajas que le reportó la sociedad con Pavliuchenko en el segundo gol, que marcó el tercero. Para entonces, los lituanos estaban desfondados. Les barrió Rusia, que logró su tercera victoria consecutiva.