Crítica:TEATRO

La vida y nada más

Pocos autores llegan a alcanzar la maestría y a disponer del talento para escribir una obra universal, un texto que hable de un tiempo y de un país, pero que trascienda fronteras, épocas y situaciones para convertirse en un retrato de vida. Con su novela La plaça del Diamant, escrita en 1962 por Mercè Rodoreda durante su exilio, la escritora catalana logró trazar un personaje como Colometa que -desde el barrio de Gracia de Barcelona y desde la España entre los años veinte y los cincuenta- se eleva a la categoría de un símbolo.

Esta condición explica que el libro haya servido de b...

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Pocos autores llegan a alcanzar la maestría y a disponer del talento para escribir una obra universal, un texto que hable de un tiempo y de un país, pero que trascienda fronteras, épocas y situaciones para convertirse en un retrato de vida. Con su novela La plaça del Diamant, escrita en 1962 por Mercè Rodoreda durante su exilio, la escritora catalana logró trazar un personaje como Colometa que -desde el barrio de Gracia de Barcelona y desde la España entre los años veinte y los cincuenta- se eleva a la categoría de un símbolo.

Esta condición explica que el libro haya servido de base para guiones cinematográficos, series televisivas y obras teatrales. El dramaturgo Josep Maria Benet i Jornet ha adaptado la novela con fidelidad y respeto en un montaje del Teatre Nacional de Catalunya que, tras exitosas representaciones en ciudades del ámbito lingüístico catalán, llega a Madrid en medio de un puente festivo que ojalá no le reste el público que merece. Porque lo que más puede reprochársele a esta equilibrada, correcta y muy profesional adaptación de la historia de Colometa es su falta de alma, de fuerza dramática, en algunas escenas o por parte de algunos actores. Y esta frialdad que se transmite en ocasiones al patio de butacas resulta más imperdonable en la escenificación de una novela que rezuma emoción contenida en cada línea y en cada párrafo.

La plaça del Diamant

Adaptación de Josep M. Benet i Jornet. Teatre Nacional de Catalunya. Dirección: Toni Casares. Actores: Silvia Bel, Anna Sahun, Marc Martínez, Mercè Lleixà, Carles Martínez, etc. Teatro Valle Inclán, hasta el domingo 4 de mayo.

No obstante, el buen trabajo de Silvia Bel como protagonista en un difícil papel que se mueve siempre en el alambre de mostrar los sentimientos sin poder manifestarlos, así como el notable acompañamiento de otros miembros del reparto, como Mercè Lleixà, Carles Martínez y Anna Sahun permiten a La plaça del Diamant mantener el vuelo. Dividida la obra en tres actos que van desde el costumbrismo del comienzo al tono agridulce del final pasando por el drama en estado puro de la segunda parte, todo transcurre en el mismo barrio con una ejemplar y ágil escenografía que imprime el ritmo adecuado a la representación en cada momento con la ayuda de la iluminación y la música. A pesar de sus tres horas de duración y de la dificultad añadida para los espectadores castellanohablantes de verse obligados a leer unos desafortunados sobretítulos -que traducen "rumiar una respuesta" por "reflexionar"- La plaça del Diamant está tan llena de matices y de sugerencias que la representación discurre con fluidez.

Muchos espectadores de hoy leímos hace años o décadas La plaça del Diamant, en catalán o en castellano. Aquella historia de una dependienta de pasteles, más tarde ama de casa y criadora de palomas, que sobrevive a la guerra civil y a la posguerra, que lucha por la vida con todas sus fuerzas, nos conmovió por su admirable sencillez. Escenas de vida cotidiana, de la vida de verdad, de la vida y nada más desfilarán hasta el domingo por las tablas del teatro Valle Inclán de la mano de una Colometa que es ya, sin duda, uno de los personajes más universales de toda la literatura catalana y española del último siglo.

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