Reportaje:

"Puede que el optimismo acabe pronto"

Fernando Alonso relativiza las mejoras de Renault en un circuito de Montmeló muy exigente para la aerodinámica

El regreso al circuito de Montmeló supone un reto extremo para la mayor parte de los equipos del Mundial de fórmula 1. Todos ellos han estado entrenándose a lo largo del año en este trazado y, por tanto, lo conocen a la perfección. Sin embargo, el Gran Premio de España del próximo domingo es una prueba de fuego. Y no sólo por la precisión de los ajustes que requiere el coche, sino porque es la primera carrera europea del campeonato y donde los equipos presentan sus evoluciones más importantes.

"Montmeló es un circuito exigente para el conjunto aerodinámico, y nosotros sabemos que seguim...

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El regreso al circuito de Montmeló supone un reto extremo para la mayor parte de los equipos del Mundial de fórmula 1. Todos ellos han estado entrenándose a lo largo del año en este trazado y, por tanto, lo conocen a la perfección. Sin embargo, el Gran Premio de España del próximo domingo es una prueba de fuego. Y no sólo por la precisión de los ajustes que requiere el coche, sino porque es la primera carrera europea del campeonato y donde los equipos presentan sus evoluciones más importantes.

"Montmeló es un circuito exigente para el conjunto aerodinámico, y nosotros sabemos que seguimos teniendo algunas deficiencias en este aspecto", señala Bob Bell, director técnico de Renault. "Pocos trazados ofrecen tanta variedad de curvas de media y alta velocidad. Hay frenadas importantes y varias curvas muy rápidas. Adelantar es casi imposible. Hay que lograr un buen rendimiento en la calificación y una estrategia acertada para el éxito". Renault se la juega, pero también los otros equipos, que estuvieron ensayando la semana pasada en este mismo circuito. La escudería francesa ha modificado la suspensión delantera y trasera, incorporando el I Damper -que reduce las vibraciones-, ha mejorado su alerón delantero y ha estado buscando soluciones para evitar el subviraje en las curvas rápidas y en las frenadas. "Podemos haber ganado unas tres o cuatro décimas por vuelta", señaló ayer Fernando Alonso. "Pero puede que este optimismo acabe pronto, cuando comprobemos dónde estamos nosotros y los demás. Ferrari, McLaren y BMW parecen inalcanzables, así que no tengo posibilidades reales de podio".

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Todo el mundo está pendiente de los primeros ensayos libres y, sobre todo, de la cronometrada del sábado. "Éste es uno de esos circuitos que nunca deben borrarse del calendario", asegura Lewis Hamilton. "Correr aquí es un reto para los técnicos y los pilotos. Es vital conseguir un buen balance del coche para no perder adherencia en las curvas más lentas, pero mantener una buena tracción para encarar a gran velocidad las rectas".

Los elogios al circuito llegan de todas partes. Sin embargo, los organizadores son conscientes de que deben renovarse para mantenerse en la élite mundial y evitar perder las dos carreras internacionales más estelares que albergan cada temporada: el GP de España de F-1 y el GP de Catalunya de MotoGP. "Nadie habla de remodelar el trazado", asegura Ramón Praderas, director de la instalación. "Sin embargo, habría que actuar en los boxes, en la torre de control, cubrir la mayoría de tribunas, renovar el paddock, mejorar la logística entre peatones y vehículos en la entrada principal y estudiar las posibilidades de construir un hotel dentro del complejo. Además, habría que buscar algún elemento diferencial, que podría ser un gran centro de comunicaciones. No podemos competir con los nuevos circuitos, pero sí ofrecer unos servicios de calidad".

Montmeló espera acoger este domingo alrededor de 130.000 espectadores, unos 10.000 menos que el año pasado. Los aficionados producirán un impacto económico de alrededor de 120 millones de euros en hoteles, restaurantes, transportes y comercios de su área de influencia directa y en toda Cataluña. "En total, el Circuit aporta a la economía catalana al final del año unos 170 millones de euros, que producen entre 12 y 14 millones de impuestos", comenta Praderas, que deja entrever que la inversión que se solicita, unos 25 millones, debería ser asumida en gran parte por las administraciones públicas.

El interés por la F-1 creció en 2003, cuando todo el mundo comprobó que Alonso tenía opciones reales de ganar carreras e incluso títulos. El asturiano consiguió que el Gran Premio de España tuviera un crecimiento brutal. De los habituales 60.000 espectadores del año 2000, se pasó a rozar los 100.000 y a superarlos rápidamente hasta alcanzar la cifra de 140.700 espectadores del año pasado. Ahora, Barcelona afronta un bajón tanto por la falta de resultados de Alonso como por la incorporación en el calendario mundial de un segundo gran premio en España, el de Valencia el mes de agosto.

Fernando Alonso es el primero de la Fórmnula 1 mundial

Fernando Alonso da toques a un balón ayer en el Circuit de Montmeló.EFE

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