33ª jornada de Liga

Koeman, más fuera que dentro

La prórroga que le concedió la directiva del Valencia tras ganar la Copa del Rey ante el Getafe se agotó probablemente ayer en San Mamés. El club de Mestalla decidirá hoy si despide o no a su entrenador, Ronald Koeman, de 45 años, que engordó sus pésimos números en la Liga: 12 derrotas, seis empates y sólo cuatro victorias en 22 partidos sentado en el banquillo, con 19 goles a favor y 35 en contra.

El Valencia comienza un via crucis para tratar de salvar la categoría que comienza en su próximo partido ante Osasuna en Mestalla. Le quedan el Barcelona en el Camp Nou, el Zaragoza en...

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La prórroga que le concedió la directiva del Valencia tras ganar la Copa del Rey ante el Getafe se agotó probablemente ayer en San Mamés. El club de Mestalla decidirá hoy si despide o no a su entrenador, Ronald Koeman, de 45 años, que engordó sus pésimos números en la Liga: 12 derrotas, seis empates y sólo cuatro victorias en 22 partidos sentado en el banquillo, con 19 goles a favor y 35 en contra.

El Valencia comienza un via crucis para tratar de salvar la categoría que comienza en su próximo partido ante Osasuna en Mestalla. Le quedan el Barcelona en el Camp Nou, el Zaragoza en casa, el Levante fuera y, para acabar la Liga, el Atlético en casa. Un final de Liga muy amargo para el reciente ganador de la Copa.

Contumaz en el error, Koeman volvió a regalar la primera parte de ayer en San Mamés. Ante la ausencia de Silva por sanción, el técnico holandés insistió con ese trivote que ya le llevó a la ruina en el anterior partido liguero ante el Racing en Mestalla (1-2). Maduro, Marchena y Baraja impidieron que el equipo tuviera profundidad y Villa, completamente solo, se desesperaba esperando una compañía que no llegaba. Al filo del descanso, Villa lanzó al banquillo una mirada inquisitorial en este sentido.

Koeman reaccionó en la segunda parte. Retiró el lastre que había supuesto Maduro, entraron Joaquín y Morientes y el Valencia pareció por primera vez ir a por el partido. Demasiado tarde. El Athletic siguió percutiendo por la herida valencianista, la de un vulnerable Caneira como lateral izquierdo, y por ahí llegó el segundo tanto bilbaíno.

El Valencia apeló a su orgullo para tratar de recortar distancias. Amenazó a Armando, pero sin puntería. A la que Llorente se plantó ante Mora, éste tembló tanto que no paró de fallar hasta que le concedió el tercer tanto al espigado delantero del Athletic. Paradojas de la vida, Mora le iba a dar la puntilla a Koeman. El técnico lo había rescatado de las catacumbas de cuatro años sin jugar como tercer portero. Pero, al cargarse el preparador holandés a Cañizares en una decisión más política que deportiva, Mora salía de las tinieblas. Ahí donde ha vuelto ahora que se lesionó Hildebrand y tuvo que volver a jugar en el peor momento. Cuando el Valencia se asoma al descenso. El club está de los nervios y la directiva busca sustituto a Koeman para tratar de amarrar la categoría.

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