El debate de investidura

Una promesa para 400.000 inmigrantes

La crisis en la construcción anima a los extranjeros a pensar en la vuelta

Todo le iba de maravilla. Encontró trabajo en cuanto llegó a España en 1998, en la construcción. "Durante diez años enganché una obra con otra. No paraba. Trabajaba para varias empresas y me llamaban constantemente", explica Hernán, ecuatoriano de 28 años. Le iba tan bien que hace poco se compró su primera casa en Madrid. Desde hace seis meses está en paro. La crisis en la construcción, principal motor del empleo en los últimos años, le ha dejado con una hipoteca de 1.200 euros al mes y un subsidio de paro de 900. A él y a los cientos de extranjeros que han perdido su empleo en los últimos mes...

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Todo le iba de maravilla. Encontró trabajo en cuanto llegó a España en 1998, en la construcción. "Durante diez años enganché una obra con otra. No paraba. Trabajaba para varias empresas y me llamaban constantemente", explica Hernán, ecuatoriano de 28 años. Le iba tan bien que hace poco se compró su primera casa en Madrid. Desde hace seis meses está en paro. La crisis en la construcción, principal motor del empleo en los últimos años, le ha dejado con una hipoteca de 1.200 euros al mes y un subsidio de paro de 900. A él y a los cientos de extranjeros que han perdido su empleo en los últimos meses, se dirigía José Luis Rodríguez Zapatero el martes cuando propuso incentivar el retorno voluntario de los inmigrantes desempleados pagándoles el subsidio de paro de una sola vez o concediéndoles microcréditos. El Ministerio de Trabajo desconocía ayer los detalles de la oferta de Zapatero.

Trabajo desconoce los detalles del plan de Zapatero de ayudas al retorno

El programa de retorno voluntario ya existía. Desde 2003, cuando empezó a funcionar, hasta junio del año pasado, la administración pagó el billete de vuelta a casi 3.700 extranjeros sin suerte en España. Consultadas por este periódico, las principales asociaciones de inmigrantes coincidieron en que ni la cifra ha sido nunca muy alta ni el programa una verdadera opción. Pero el número de desempleados extranjeros ha subido y la situación ha cambiado.

El 40% de los nuevos parados en el último año son extranjeros, según los datos de empleo de diciembre de 2007. Las mismas empresas que hace seis meses agobiaban a Hernán a encargos le dicen ahora: "No tenemos nada para ti. Tienes que esperar". El parón inmobiliario se ha cebado especialmente con los inmigrantes porque la construcción es su primera ocupación. Por eso, ahora miran con otros ojos la oferta del Gobierno de regresar a su país. En éste, 52.300 extranjeros han perdido su empleo en el último año, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2007. Unos 407.000 están ahora en paro.

Además, el plan de retorno voluntario anunciado el martes por Zapatero incluye una novedad importante, la prestación económica: el subsidio de desempleo que les correspondería por el tiempo trabajado o un microcrédito con el que poder levantar un negocio. Las asociaciones de inmigrantes explican que hasta ahora, el retorno voluntario era poco atractivo porque la administración se limitaba a pagar el billete de vuelta y una pequeña ayuda para tirar unos meses. En la práctica, muchos de los que se acogían a este programa regresaban a España en cuanto se acababa ese dinero.

En este contexto, el Gobierno rumano confía en poder llevar de vuelta a casa a parte de los cerca de dos millones de compatriotas que emigraron a otros países europeos, principalmente Italia y España (donde hay cerca de 600.000) en busca de empleo. El sábado, una delegación encabezada por el ministro de Trabajo del país inicia en Castellón una gira por las ciudades con mayor población rumana -visitarán Alcalá de Henares y Sevilla en mayo y Barcelona y Zaragoza en julio- para ofrecer unos 500.000 empleos. "Necesitamos que vuelvan. Faltan soldadores, gente que ponga a funcionar las máquinas, que labre la tierra, que dirija una obra...", explica Catalin Boicu, agregado cultural de la embajada de Rumanía en España. "Les explicaremos cara a cara que el país ha cambiado y que estamos mejor que hace cinco años. Aún no podemos ofrecer los sueldos de aquí, pero a cambio, la vida es más barata, y estás en casa".

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RUMANIA. El recuerdo del hombre que se quemó a lo bonzo

"Hace no mucho, un compatriota se quemó vivo delante de su familia porque nadie le daba el dinero para volver a su país", recuerda Gheorge Gainar, presidente de la Asociación Cultural de Ayuda e Integración al Pueblo Rumano. "Aquí empieza una crisis económica. La construcción cae en picado. Y en Rumania falta mano de obra. Cuando el presidente rumano visitó España nos dijo que estaba importando mano de obra de Ucrania y de China. El retorno voluntario puede ser una medida que beneficie a todos", añade.

"Por lo que aquí pagan 1.500 euros, en Rumania te van a dar 600 o 700, pero la situación se está poniendo muy difícil en España, y puede que a muchos que se han metido en gastos de casa y coche justo con el parón de la construcción y los empleos ligados a ese sector, les compense volver".

ECUADOR. El éxito depende del dinero con el que retornen

"La fórmula parece buena, una opción para aquellas personas con problemas de inserción laboral que deseen regresar a casa, pero habría que aclarar hasta dónde van a llegar los microcréditos, porque de esa cantidad depende que el inmigrante retornado pueda o no montar un negocio en Ecuador y rehacer su vida", explica Raúl Jiménez, portavoz de la asociación de inmigrantes ecuatorianos Rumiñahui.

Es partidario, pero recela de la intención y la oportunidad de la propuesta de Zapatero: "El PSOE ha perdido votos entre esa clase obrera que piensa que los inmigrantes son los culpables del déficit educativo o sanitario y puede querer recuperarlos. Un estudio muy reciente de la Fundación Empresa y Sociedad concluía que de aquí al año 2020 hacían falta en España unos 157.000 trabajadores extranjeros", añade.

ÁFRICA SUBSAHARIANA. Una medida de la que no podrán beneficiarse

El padre Antonio Díaz, una institución para los inmigrantes subsaharianos que llegan a Madrid, lamenta que ninguno vaya a beneficiarse de la propuesta de Zapatero. "Estos chicos no tienen pasaporte, así que no pueden viajar en avión. Trabajan sin papeles o con papeles prestados, así que tampoco podrán cobrar ese subsidio del paro. Y no se les puede expulsar. Para ellos, entrar en España es difícil y arriesgado, pero salir es imposible".

El parón de la construcción también les ha afectado. "En las obras de la M-30, el 90% de los trabajadores eran africanos. Hace unos meses, les ofrecíamos dos o tres entrevistas de trabajo a cada uno para la construcción. Ahora, ninguna", explica. "Y como no tienen pasaporte, no pueden viajar, y sin papeles, también están excluidos de los cursos de formación con los que podrían aprender otros oficios".

MARRUECOS. Menos afectados por la crisis, menos interesados

"En los últimos años, el colectivo de inmigrantes marroquíes ha diversificado su actividad, de la construcción a otros sectores como la agricultura o los servicios. Así que, aunque estamos detectado más casos de pérdida de empleo, el parón de la construcción, en ese sentido, no nos afecta tanto", explica Kamal Rahmouni, presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME). "Dudo mucho que a los marroquíes les interese este retorno voluntario. Además, van a hacer falta muchos inmigrantes en cuanto se ponga en marcha la Ley de Dependencia", añade.

"El dinero no es el único factor para aceptar el retorno voluntario. Ni el más importante. Depende más de la situación en el país de origen del que salió el inmigrante, de si han desaparecido los motivos por los que decidió abandonarlo, que del de residencia".

COLOMBIA. A favor del retorno, pero no a cualquier precio

"En general, valoramos la propuesta como una oportunidad para la inmigración, pero hay que complementarla. Estamos a favor del retorno ordenado y asistido si es en unas buenas condiciones", explica Juan Carlos Roiz, presidente de la Asociación América España Solidaridad y Cooperación (AESCO).

Cree que el colectivo de colombianos está en una buena disposición para afrontar los malos momentos. "Muchos han creado empresas propias, participan en cursos de formación y reciclaje...". "El retorno sigue sin ser atractivo porque las condiciones de vida en Colombia apenas han cambiado y están lejos del grado de bienestar que pueden disfrutar en España", añade. Para Roiz, muchos lo verían con otros ojos si el programa va acompañado de fondos y medidas de reinserción laboral. "Aquí hay muchos titulados superiores no reconocidos".

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