Cosa de dos

Imitadores

Los imitadores tienen poco futuro en este país. No porque la realidad española sea inimitable, sino porque a menudo tiende a lo grotesco y suscita un problema práctico: cuesta caricaturizar una caricatura. La dificultad se hace insalvable cuando el imitador intenta ganarse la vida con "famosos", es decir, la gente que frecuenta las variedades de sobremesa y late night. Incluso descartando a las figuras señeras del género famoso, desde Belén Esteban hasta Borja Thyssen, la cosa no da de sí. Cualquier barbaridad que se le ocurra al imitador ya la ha dicho o hecho, mejor que nadie, el mism...

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Los imitadores tienen poco futuro en este país. No porque la realidad española sea inimitable, sino porque a menudo tiende a lo grotesco y suscita un problema práctico: cuesta caricaturizar una caricatura. La dificultad se hace insalvable cuando el imitador intenta ganarse la vida con "famosos", es decir, la gente que frecuenta las variedades de sobremesa y late night. Incluso descartando a las figuras señeras del género famoso, desde Belén Esteban hasta Borja Thyssen, la cosa no da de sí. Cualquier barbaridad que se le ocurra al imitador ya la ha dicho o hecho, mejor que nadie, el mismo personaje. Ése es el mal que aflige a Carlos Latre. El imitador descubierto por Sardá intenta de nuevo mantener a flote un programa propio con Réplica (Tele 5), protegido por una producción solvente (El Terrat) y varios imitadores ayudantes. El drama del asunto es, una vez más, el ya descrito. Réplica ha elegido como cantera a los imitados habituales, gente como Isabel Pantoja o Ana Obregón. ¿Cómo se le puede dar una vuelta de tuerca a Pantoja u Obregón? Imposible. Ni siquiera los políticos ofrecen resquicio. Desde que Rajoy protagonizó el formidable sketch 'Mi niña', cualquier imitación palidecerá ante el original.

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Reconozco que me partí el pecho con uno de los números, el dedicado a Antonio Canales. Pese a la risa, sigo sin verle el mérito. El guionista no tuvo que hacer nada más que repetir las palabras de Canales: un delirio estupendo, coronado por la expresión "me sudan las pelotas llenas de pelos". (Léase con especial énfasis en la última palabra). Disculparán que reproduzca la sonora frase, me veo obligado a hacerlo para que se me entienda. Si el Canales real dice eso, ¿qué puede añadir el imitador? Nada. En este país, las imitaciones sólo funcionan como complemento. Martes y Trece imitaron miles de veces a Encarna Sánchez, pero sólo les funcionó en "La empanadilla de Móstoles", un sketch en el que la desaparecida locutora se limitaba a funcionar como apoyo.

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