Crónica:Vuelta de las semifinales de la Copa del Rey

El Getafe, un presente modélico

El equipo de Laudrup repite final tras aguantar las embestidas de un gran Racing

Rebajada por sus malos gestores federativos, la Copa aún resulta un torneo fascinante en su etapa final. Para los grandes es una pedrea, salvo que sirva como último ancla en tiempos tormentosos; para el resto del pelotón se ha convertido en un trampolín hacia el olimpo, la vía más directa hacia su nirvana particular. Hace un curso lo experimentó el Getafe, anoche quiso emularle sin éxito el Racing. Dos modestos con distinta genealogía: el viejo Racing frente al emergente Getafe, un clásico del fútbol español ante un equipo con acné que se ha descarado con la élite. Ambos destilaron un partido ...

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Rebajada por sus malos gestores federativos, la Copa aún resulta un torneo fascinante en su etapa final. Para los grandes es una pedrea, salvo que sirva como último ancla en tiempos tormentosos; para el resto del pelotón se ha convertido en un trampolín hacia el olimpo, la vía más directa hacia su nirvana particular. Hace un curso lo experimentó el Getafe, anoche quiso emularle sin éxito el Racing. Dos modestos con distinta genealogía: el viejo Racing frente al emergente Getafe, un clásico del fútbol español ante un equipo con acné que se ha descarado con la élite. Ambos destilaron un partido vibrante y emotivo. El Getafe, decidido a acentuar su luminoso presente, y su adversario empeñado como nunca en saldar una deuda con su heráldica historia y con una hinchada, tantos años oxidada, más febril que nunca, entregada a la causa, con el fútbol como bandera de un incipiente proceso de cantabrización. Al final, sucumbió la escuadra santanderina. Pero no del todo: este Racing ha logrado una movilización sin precedentes entre su engordada masa social. Hoy tiene un tirón del que debe sacar provecho, por mucho que se quedara en la orilla frente a un Getafe que vuela en todas las competiciones, un modelo para cualquiera.

RACING 1 - GETAFE 1

Racing: Coltorti; Pinillos, César Navas (Iván Bolado, m. 84), Garay (Pablo Alvarez, m. 80), Ayoze; Jorge López, Duscher, Colsa, Serrano; Munitis (Smolarek, m. 70) y Tchité. No utilizados: Mario; y Oriol.

Getafe: Ustari; Contra, Belenguer (Casquero, m. 55), Tena, Licht; Pablo Hernández (Gavilán, m. 34), Celestini, De la Red, Granero; Braulio (Albín, m. 61) y Uche. No utilizados: Pato; y Cotelo.

Goles: 1-0. M. 6. Munitis, en el primer palo, se adelanta a la defensa. 1-1. M. 79. Casquero, de disparo fuerte con la derecha.

Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó a Serrano (m. 75) por doble amarilla. Amonestó a Ustari, Contra, Belenguer, Ayoze y C. Navas.

Unos 22.000 espectadores en el Sardinero.

A hombros de sus militantes, el Racing aumentó los decibelios desde el calentamiento y arrinconó a su rival durante la mayor parte del encuentro. No es, desde luego, el mejor equipo racinguista que se recuerda, pero Marcelino, su técnico, ha enhebrado un equipo muy equilibrado, un grupo con un extraordinario sentido gremial que exprime un repertorio limitado pero efectivo. Uno de ellos pasa por los costados, dos vetas antagónicas. Por la derecha, Jorge López, un futbolista con clase y toque delicado que dirige la orquesta en las jugadas a balón parado. En la banda contraria, Óscar Serrano, directo y veloz. El primero fabricó el temprano gol de Munitis; el segundo anestesió a Contra, que pasó una noche de perros. Con Duscher como estupendo guardián del medio campo y Colsa con el diesel en marcha, el conjunto santanderino atizó el área de Ustari y gobernó la cita con cierta autoridad. La que le faltó al Getafe, demasiado encogido en muchas fases, excesivamente dependiente del 3-1 de la ida, pese a la debilidad de algunos defensas locales, caso de César Navas y Ayoze. Sólo la poca pericia ante Ustari secó al Racing, que falló un puñado de ocasiones, muchas claras y algunas clarísimas, como un remate de Tchité a un centímetro del gol que se fue al arenal del Sardinero.

Con el equipo cántabro en plenitud y el Getafe cada vez más narcotizado, sin pistas de Granero y De la Red y sólo agitado por Uche, al Racing le pudo la ansiedad, le sobró vehemencia y le faltó tila. Frenéticos por la relevancia de la cita, a un partido de su primera final en 95 años, a un paso de por fin dejar de ser un telonero del fútbol español, a algunos jugadores les pudo un exceso de testosterona.

El árbitro ya había estado indulgente con Ayoze, cuya violentísima entrada a Pablo motivó la lesión de éste en el primer acto, y con Jorge López, que pisoteó la entrepierna de Licht a un palmo de un asistente. Serrano mantuvo el guión y el colegiado le expulsó sin remedio.

El Racing gripó, se quedó sin oxígeno, máxime cuando Casquero le dio la puntilla en una jugada que despertó la ira de la frustrada afición local. Garay se desplomó solo ante Uche y éste reclamó a sus compañeros que se rindieran con cortesía. Casquero, ajeno a sus deseos, fulminó al equipo cántabro. La jugada disparó el voltaje y el duelo concluyó con una fea gresca al pie del túnel de vestuarios. Un mal cierre para una eliminatoria con dos clubes ejemplares: uno de los diez fundadores de la primera Liga española y uno de los novatos más luminosos que se recuerdan.

Casquero, en el centro, celebra su gol al Racing, con Contra y De la Red.EFE
El equipo de Laudrup repite final tras aguantar las embestidas de un gran Racing.Vídeo: CNN+
Vídeo: VNews

Once eliminatorias sin caer

El Getafe no perdía una eliminatoria desde el 11 de enero de 2006, cuando cayó en octavos de la Copa ante el Espanyol. Sigue sin hacerlo. Desde entonces, entre UEFA y Copa del Rey, ha derribado a 11 equipos. Además, los de Laudrup llevaban 12 partidos invicto en todas las competiciones. Ya son 13. El Racing ansiaba un 2-0 que le diese el pase a la final, aunque supusiese dejar secos de goles a los getafenses, algo que no les ha sucedido esta temporada, ni en los cruces de Copa, ni en Europa.El Getafe pasa, sigue invicto, y volvió a marcar. El Racing luchó para vencer estos obstáculos, y a su propio destino desde que el club se fundase en 1913. Nunca una final. Nunca un momento de gloria. Las clarísimas ocasiones desaprovechadas en la segunda parte por Colsa (m. 46), Tchité (m. 58) y Smolarek (m. 71) no parecieron sino el cruel prólogo al gol de Casquero. Un gol que confirmó que los números del Getafe este año son algo más que aritmética escolar. Y es que los de Laudrup, que pelean en Liga por los puestos europeos, que lucharán por los cuartos de la UEFA contra el todopoderoso Bayern, y que esperan rival en la final de Copa, saben que ahora serán el Barcelona o Valencia, que se miden hoy, los que tengan que poner el miedo.

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