Las consecuencias del 9-M

El PP catalán se da una tregua

La calma, transitoria y un tanto forzada, llegó ayer al Partido Popular de Cataluña. La ejecutiva reunida anoche acordó abrir un profundo proceso de reflexión después de admitir que el PP nunca podrá recuperar La Moncloa si no reduce en Cataluña su distancia en número de diputados con los socialistas. El 9-M, el PSC superó en 17 escaños a los populares.

Con esta reflexión, el presidente regional, Daniel Sirera, intentó congraciarse con el sector más crítico a su gestión, comandado por los hermanos Jorge y Alberto Fernández Díaz. No obstante, Sirera calificó de "buen resultado" el haber ...

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La calma, transitoria y un tanto forzada, llegó ayer al Partido Popular de Cataluña. La ejecutiva reunida anoche acordó abrir un profundo proceso de reflexión después de admitir que el PP nunca podrá recuperar La Moncloa si no reduce en Cataluña su distancia en número de diputados con los socialistas. El 9-M, el PSC superó en 17 escaños a los populares.

Con esta reflexión, el presidente regional, Daniel Sirera, intentó congraciarse con el sector más crítico a su gestión, comandado por los hermanos Jorge y Alberto Fernández Díaz. No obstante, Sirera calificó de "buen resultado" el haber incrementado la representación en dos diputados, el objetivo que se había marcado en campaña.

Aunque la reunión se preveía movida, la pareja Fernández Díaz -que el lunes pidió la dimisión a Sirera- adoptó una actitud más prudente, consciente de que su discurso carecía de los apoyos necesarios en el seno de la ejecutiva. Alberto evitó reclamar a Sirera la asunción de responsabilidades políticas y se limitó a pedir una reflexión sobre la implantación del partido en esta comunidad.

El sector oficial y el crítico evitaron en la ejecutiva los reproches mutuos para no dar publicidad a sus discrepancias. No se trató de un cierre de filas, sino de una tregua temporal porque los Fernández Díaz nunca han renunciado a controlar el PP en Cataluña.

Los populares catalanes no pueden, como los de Madrid, Valencia y Murcia, exhibir sus incontestables resultados y exigir cargos en el partido. La madrileña Esperanza Aguirre aspira a que Manuel Pizarro ocupe el cargo de portavoz en el Congreso. Los valencianos apuestan por Esteban González Pons y desde Murcia dan por hecho que uno de los suyos estará al frente del grupo parlamentario.

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