Las muertes laborales rompen en enero la tendencia al descenso
Las muertes en el puesto de trabajo truncaron en enero la senda bajista que han mantenido durante los dos últimos años. El año arrancó con 93 fallecimientos en jornada laboral, un 8,1% más que en el primer mes de 2007. El repunte se produce después de cerrar el año pasado con el menor número de muertos de toda la democracia: 844.
Aunque es el más importante, el número de siniestros mortales constituye prácticamente el único dato negativo del balance de siniestralidad laboral en enero. Las muertes en el camino, producidas en el trayecto de casa al trabajo o viceversa, descendieron...
Las muertes en el puesto de trabajo truncaron en enero la senda bajista que han mantenido durante los dos últimos años. El año arrancó con 93 fallecimientos en jornada laboral, un 8,1% más que en el primer mes de 2007. El repunte se produce después de cerrar el año pasado con el menor número de muertos de toda la democracia: 844.
Aunque es el más importante, el número de siniestros mortales constituye prácticamente el único dato negativo del balance de siniestralidad laboral en enero. Las muertes en el camino, producidas en el trayecto de casa al trabajo o viceversa, descendieron un 35,5%, hasta sumar 20. En general, todos los accidentes -en gran medida los graves y también los que no requirieron baja- experimentaron descensos significativos, lo que indica que la prevención de riesgos laborales se aplica con más celo.
La construcción ha cedido el paso a otros sectores en el número de muertes registradas. Los servicios, con 30 muertes en el puesto, y la industria, con 25, encabezan los sectores con más siniestralidad. La desaceleración que vive la construcción, afectada por el paro y la caída en la afiliación, propicia que se registren menos accidentes.
Para esta legislatura, el Gobierno pretende seguir impulsando una reducción en los accidentes que sitúe las cifras españolas en la media europea. El programa electoral del PSOE prevé la creación de una policía especializada. La mayor persecución judicial de los accidentes en los dos últimos ejercicios ha contribuido a suavizar las cifras.