Reportaje:Ida de los octavos de final de la Liga de Campeones

Salvado por los pelos

Benítez respira tras el triunfo del Liverpool sobre un Inter que jugó una hora con diez

Rafa Benítez acalló momentáneamente, frente a un Inter de fútbol prehistórico, los rumores que le desvinculan desde hace tiempo del Liverpool. Al técnico madrileño, cuestionado tras caer en la Copa inglesa ante el Barnsley, un segunda, y quinto en la Premier, a 19 puntos del Arsenal, sólo le queda la Champions, el torneo que ganó hace tres años contra pronóstico. Anoche salvó el cuello sobre la campana.

El Liverpool superó el examen con sobresaliente: 2-0. Aunque, eso sí, el gol de Kuyt (m. 85), por la escuadra, tras una asistencia de Pennant, hizo justicia demasiad...

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Rafa Benítez acalló momentáneamente, frente a un Inter de fútbol prehistórico, los rumores que le desvinculan desde hace tiempo del Liverpool. Al técnico madrileño, cuestionado tras caer en la Copa inglesa ante el Barnsley, un segunda, y quinto en la Premier, a 19 puntos del Arsenal, sólo le queda la Champions, el torneo que ganó hace tres años contra pronóstico. Anoche salvó el cuello sobre la campana.

El Liverpool superó el examen con sobresaliente: 2-0. Aunque, eso sí, el gol de Kuyt (m. 85), por la escuadra, tras una asistencia de Pennant, hizo justicia demasiado tarde.

"Tenía esperanzas de que terminaríamos marcando porque el equipo estaba jugando bien. Hacerlo al final sabe mejor", declaró Benítez.

El Inter, que se había manejado de vicio en el asedio, se diluyó como un azucarillo. Gerrard, con un trallazo cruzado desde 20 metros, le apuntilló (m. 90).

La expulsión de Materazzi desdibujó al líder del calcio, que jugó una hora con un jugador menos. Matrix vio la segunda tarjeta amarilla tras un agarrón a Fernando Torres a los 29 minutos.

El Inter, sin su defensa insigne, terminó despeñado. Si la escuadra transalpina no había tenido la voluntad de ganar con once, con diez se apoltronó en la cueva. Eso sí, la defensa neroazzurra fue un frontón hasta el colapso final.

En cambio, Ibrahimovic, un islote en el frente de ataque, pagó el ideario de Mancini, que salió descaradamente a por el empate y se llevó una tunda. Le superó un Liverpool con más corazón que aptitud. Aun así, castigó el fútbol rácano del campeón italiano y acudió al rescate de Benítez en el último momento.

La jornada también dejó un empate sin goles en la visita del Chelsea al Olympiakos. Por su parte, Kuranyi adelantó (m. 4) al Schalke (1-0) en su duelo con el Oporto.

Gerrard cabecea el balón presionado por Stankovic.AP

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