Crónica:'Zapping' global | Suiza

El ojo crítico del consumidor

¿Puede el lector imaginar un programa de televisión que tenga como objetivo y tema central el análisis y la crítica de bienes de consumo? Es posible, y dicho así hasta suena poco interesante. Pero la cosa cambia cuando la crítica se hace con nombres propios, comparando precios y prestaciones. Lo que las empresas y productos prometen y lo que cumplen realmente. Sin ningún temor ni cortapisas a la hora de llamar a las cosas por su nombre y de hacer las denuncias que se consideren necesarias.

Tal es la fórmula de una emisión de la televisión suiza que se llama en francés ...

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¿Puede el lector imaginar un programa de televisión que tenga como objetivo y tema central el análisis y la crítica de bienes de consumo? Es posible, y dicho así hasta suena poco interesante. Pero la cosa cambia cuando la crítica se hace con nombres propios, comparando precios y prestaciones. Lo que las empresas y productos prometen y lo que cumplen realmente. Sin ningún temor ni cortapisas a la hora de llamar a las cosas por su nombre y de hacer las denuncias que se consideren necesarias.

Tal es la fórmula de una emisión de la televisión suiza que se llama en francés A bon entendeur y en su versión gemela en lengua alemana Kassensturz. El programa goza de un éxito innegable y lleva ya la friolera de 30 años en antena.

Esta emisión se dedica a comparar y analizar productos que van desde pizzas congeladas hasta cremas antiarrugas, pasando por bebidas alcohólicas, precios de alquileres o seguros de vida. Nada ni nadie queda libre de la afilada crítica de A bon entendeur, que presenta Manuelle Pernoud. No escapan siquiera las grandes marcas que han dado fama al país, como la multinacional de la alimentación Nestlé. "Esto demuestra la increíble independencia que tenemos con respecto a los anunciantes", explicó a este diario Manon Romerio, jefa de comunicaciones de la TSR, televisión suiza francesa.

En el caso de, por ejemplo, los productos alimenticios, éstos suelen ser analizados con lupa en laboratorios independientes de intachable objetividad. Así se cotejan las diversas calidades de los productos en función de su precio, de lo que prometen y de lo que realmente cumplen. Al mismo tiempo se estudian sus componentes, propiedades y características. Los resultados se explican con marcas e incluso comparando las diversas cadenas de supermercados que venden dicho producto y sus diferentes precios. El programa se ocupa además de salud y cosmética, de medio ambiente, inmobiliarias, transportes y telecomunicaciones, seguros y ocio.

Sin duda, sería interesante observar los resultados del agudo análisis de A bon entendeur en otros países. Por ejemplo, en España.

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