Cartas y cabellos de Lucrecia Borja se exhibirán en Valencia

El Centre de Cultura Contemporània Octubre expondrá, desde mañana y hasta el 2 de diciembre, un conjunto de nueve cartas y un mechón de los cabellos de Lucrecia Borja, quien fuera hija del papa Alejandro VI y hermana de César Borja. Los escritos muestran la relación epistolar que la duquesa de Ferrara mantuvo con el escritor veneciano Pietro Bembo, considerado en su época como el príncipe de los humanistas italianos.

La correspondencia amorosa entre ambos, escrita en su mayor parte en italiano, se inició en la primavera de 1503, meses después de que Bembo se instalara en Ostellato, dond...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Centre de Cultura Contemporània Octubre expondrá, desde mañana y hasta el 2 de diciembre, un conjunto de nueve cartas y un mechón de los cabellos de Lucrecia Borja, quien fuera hija del papa Alejandro VI y hermana de César Borja. Los escritos muestran la relación epistolar que la duquesa de Ferrara mantuvo con el escritor veneciano Pietro Bembo, considerado en su época como el príncipe de los humanistas italianos.

La correspondencia amorosa entre ambos, escrita en su mayor parte en italiano, se inició en la primavera de 1503, meses después de que Bembo se instalara en Ostellato, donde conoció a Lucrecia, diez años menor que él. Las cartas tienen un tono literario y una gradación amorosa que cumple las premisas de la relación platónica que tan bien describió Petrarca, plagadas de poemas, y denotan, en muchas marcas, la clandestinidad de una relación que se prolongó hasta dos años después, cuando Lucrecia comenzó a cartearse con un nuevo amante.

Tres siglos después, Lord Byron, identificado con la figura de Lucrecia, publicó las cartas en 1813. El poeta inglés encontró, entre la correspondencia de la hija de los Borja, un mechón de cabello. Fascinado, decidió robar uno, casi como objeto fetichista. Cuenta la leyenda que esos cabellos, que también podrán verse en la exposición dentro de una custodia de bronce, vidrio y malaquita, se han vuelto etéreos y evanescentes, y que han perdido su color dorado y su perfume, pero no su hechizo para quienes los contemplan.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En