Liga de Campeones

Tensa invasión de 20.000 escoceses

"Por favor, señor Miguel. Vivo en Valencia desde hace siete años y no sabía que no se podían comprar entradas. ¿No me podría abrir la barrera?".

Faltaba hora y media para que empezara el partido y el empleado del Barça decía que no cansado de tanta insistencia y quizás de la situación generada en los aledaños del Camp Nou, donde 9.000 hinchas pululaban desesperados en busca de una entrada. El partido fue declarado de alto riesgo y el estadio no se abrió hasta una hora antes del pitido inicial para que los 6.300 hinchas del Rangers con localidad se situaran en la grada. Algo salió mal po...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"Por favor, señor Miguel. Vivo en Valencia desde hace siete años y no sabía que no se podían comprar entradas. ¿No me podría abrir la barrera?".

Faltaba hora y media para que empezara el partido y el empleado del Barça decía que no cansado de tanta insistencia y quizás de la situación generada en los aledaños del Camp Nou, donde 9.000 hinchas pululaban desesperados en busca de una entrada. El partido fue declarado de alto riesgo y el estadio no se abrió hasta una hora antes del pitido inicial para que los 6.300 hinchas del Rangers con localidad se situaran en la grada. Algo salió mal porque el Camp Nou, pese a que la junta cerró taquillas y sólo vendió entradas a los socios, tuvo un extraño aspecto británico. La reventa funcionó de perlas y al menos otros 2.000 seguidores escoceses lograron entrar. Varios grupos de seguidores de uno y otro equipo se increparon y obligaron a intervenir a los servicios de seguridad del Barça.

El Camp Nou es para los escoceses como su segundo templo porque fue donde ganaron en 1972 su único título europeo (una Recopa) y al que de paso también profanaron porque causaron graves daños. Por eso no fue extraño que casi 20.000 escoceses tomaran Barcelona. Vestidos con sus camisetas azules, invadieron las Ramblas y la Plaza Catalunya, que acabó acordonada por la policía. El martes por la noche se convirtió en una inmensa alfombra de cascos rotos de cerveza. El alcohol corrió a raudales. La noche se cobró tres hinchas heridos de arma blanca tras una trifulca entre ellos mismos. Anoche no se habían registrado incidentes, salvo una carga de los Mossos contra seguidores que intentaron forzar un acceso, desesperados por estar tan cerca del campo y no entrar dentro.

Archivado En