Reportaje:Novena jornada de Liga

Sneijder busca a Sneijder

El centrocampista del Madrid lleva dos jornadas sin tirar a puerta, uno de sus sellos de identidad

Wesley Sneijder lleva dos partidos de Liga consecutivos sin rematar a puerta. Sus piernas, dos gatillos famosos por la eficacia industrial, parecían resortes rotos. Sin tensión en los muelles, el jugador que hace dos meses se presentó en el Bernabéu como un estilete ha ido perdiendo presencia y profundidad. Los técnicos del Madrid indagan sobre su caída de rendimiento. Especulan. Públicamente, Schuster, su entrenador, niega que Sneijder atraviese una crisis. En todo caso, advierte, ha fallado demasiados pases últimamente. Otras fuentes del vestuario señalan que el holandés sufre las consecuenc...

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Wesley Sneijder lleva dos partidos de Liga consecutivos sin rematar a puerta. Sus piernas, dos gatillos famosos por la eficacia industrial, parecían resortes rotos. Sin tensión en los muelles, el jugador que hace dos meses se presentó en el Bernabéu como un estilete ha ido perdiendo presencia y profundidad. Los técnicos del Madrid indagan sobre su caída de rendimiento. Especulan. Públicamente, Schuster, su entrenador, niega que Sneijder atraviese una crisis. En todo caso, advierte, ha fallado demasiados pases últimamente. Otras fuentes del vestuario señalan que el holandés sufre las consecuencias del exceso de presión que se autoimpone.

"Los jugadores en el Bernabéu se ven ante un precipicio", explican en el club

"Lo más habitual es que los jugadores, cuando salen a un campo como el Bernabéu, se encuentren como ante un precipicio", explican en el vestuario, apuntando a Sneijder. "Si piensan en que para cruzarlo deben correr el riesgo de caer, no pueden. Somatizan la presión y eso se traduce en sudores, temblor, nervios. Piensan demasiado. Lo que tiene que lograr Sneijder es pensar menos y jugar. Jugar y nada más".

Curtido al aire del Mar del Norte, Wesley Sneijder es uno de esos chicos que prefieren hacerse cargo de sus problemas tragando saliva. En el club dicen que soporta un gran peso. Pero él exhibe un rostro impenetrable. Habla poco y se refugia al calor de su mujer y su hija pequeña. Tiene 23 años y es evidente que atraviesta un bache. Contra el Espanyol perdió seis balones seguidos. Dio 16 pases malos y 26 buenos. Sumó su segundo partido consecutivo en Liga sin rematar a puerta.

Entre medias, jugó un partido internacional. Holanda se enfrentó a Eslovenia y Sneijder abrió el marcador. Hizo un gol.Disparó tres veces a puerta y una vez al palo. Su comportamiento en el campo contrastó con sus últimas actuaciones en el Madrid. "En Holanda hice un buen partido", admitió ayer. "Pero allí jugué por detrás de los dos puntas. Aquí parto de la izquierda".

Sneijder no se justifica. Pero sus condiciones se ajustan más a la segunda punta que al centro del campo. No se siente un organizador, ni un extremo, y puede que en el Madrid no esté arrastrando tantas cargas morales como tácticas.

Schuster niega que su jugador tenga problemas y acusa a la prensa de sobrevalorar los goles. "Nos está faltando una cosa que la prensa ha valorado mucho a principio de temporada: los goles de falta espectaculares que a Sneijder le han subido muy rápido", explica el entrenador. "Quizá le están fallando algunos pases, pero al final lo que echamos de menos son sus goles de falta. Lo importante es su intensidad y también hay que tener en cuenta la acumulación de partidos que lleva"

En su primer partido con el Madrid, frente al Atlético, Sneijder hizo pensar en un futbolista estupendo. Su segundo partido, contra el Villarreal, lo situó entre los catalizadores del juego. Un volante omnipresente, solidario, lúcido en el entrejuego y demoledor cada vez que pisaba el área. Desde hace dos semanas, el efecto se ha extinguido.

En el club no faltan voces que apuntan a causas psicológicas: "Sus primeros partidos fueron muy buenos y tal vez se sientió forzado a poner el listón muy alto. Se autoimpuso responsabilidades que nadie le ha exigido".

Wesley Sneijder conduce el balón durante el partido que el Madrid disputó en Getafe.CRISTÓBAL MANUEL

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