Reportaje:Baloncesto | Liga ACB

El día que Marc superó a Pau Gasol

El pívot del Akasvayu bate en Menorca la mejor valoración obtenida por su hermano en España

Su ascensión ha sido vertiginosa y se ha cocido en los dos últimos años. De ser el hermano rechoncho de Pau, el chavalín que jugaba en el anonimato con el Lausanne High School de Memphis, Marc Gasol se ha convertido en un baloncestista de primera fila, con todas las de ley. Hasta el punto de que el pasado sábado, en Menorca, superó la mejor valoración obtenida por Pau durante sus dos temporadas y media con el Barça en la ACB antes de recalar en los Grizzlies y convertirse en un all star de la NBA.

Frente al equipo menorquín, Marc anotó 27 puntos con once canastas sin fallo, una d...

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Su ascensión ha sido vertiginosa y se ha cocido en los dos últimos años. De ser el hermano rechoncho de Pau, el chavalín que jugaba en el anonimato con el Lausanne High School de Memphis, Marc Gasol se ha convertido en un baloncestista de primera fila, con todas las de ley. Hasta el punto de que el pasado sábado, en Menorca, superó la mejor valoración obtenida por Pau durante sus dos temporadas y media con el Barça en la ACB antes de recalar en los Grizzlies y convertirse en un all star de la NBA.

Frente al equipo menorquín, Marc anotó 27 puntos con once canastas sin fallo, una de ellas un triple, y cuatro de los seis tiros libres que lanzó. Además, capturó siete rebotes y dio una asistencia. En total, un 38 de valoración, nota otorgada por la ACB en base a una fórmula que computa todas las estadísticas de cada jugador en un partido. Es decir, Marc sumó un punto más que Pau en el memorable partido en el que éste dio el título al Barça y se despidió de la ACB. Fue en junio de 2001, en el pabellón Raimundo Saporta, y se hizo aplaudir hasta por los seguidores del Madrid con 22 puntos, diez rebotes, cuatro asistencias, tres balones robados, un tapón y una majestuosa exhibición de lo que es un jugador total, capaz de subir la bola, penetrar, moverse con la rapidez de una anguila, fajarse como un pívot y anotar de tres si es necesario.

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Marc, por entonces, era simplemente el hermano de Pau. Un año después se trasladó con él a Memphis, aunque para jugar en una modesta high school. Pero empezó a tomarse el baloncesto en serio. Ya de nuevo en las filas del Barcelona, adelgazó -pesaba 150 kilos en 2002 y ahora no pasa de 127-, despegó en el Akasvayu Girona, dio el salto a la fama con una magnífica aportación a la selección española que ganó el Mundial de 2006 en Japón y el sábado demostró que va camino de graduarse con su sensacional partido ante el ViveMenorca. "Hice un buen encuentro, no hay duda. Pero en buena parte se debió a que mis compañeros estuvieron muy bien", matiza.

Esta temporada, Marc tomó tres importantes decisiones. La primera consistió en descartar el regreso al equipo en el que se formó, el Axa Barcelona, para seguir en el proyecto que el Akasvayu se ha trazado para hacerse un hueco en la élite del baloncesto europeo. La segunda, en ayudar al máximo a que la selección española llegara a lo más alto en el Eurobasket, aunque se quedó a un peldaño del objetivo. La tercera es una cuestión menos definida, pero que tiene en mente. Y es que no pierde de vista la NBA pese a que aspiraba a ocupar un puesto mejor en el draft, en el que fue elegido en la posición número 48 por Los Ángeles Lakers. "Siendo elegido en la segunda ronda, lo ves todo con más calma. Ves tus errores y los aspectos que debes corregir", afirma.

El Barça tenía la posibilidad de recuperarlo y así quiso hacerlo. No pudo. Marc ya había manifestado que no deseaba regresar si se mantenían en el club las mismas personas que apenas le dieron oportunidades en la temporada 2005-2006, especialmente el entrenador, Dusko Ivanovic. "Un jugador de 22 años necesita jugar muchos minutos, cometer errores y seguir en la pista, jugar dos competiciones y hacerlo a un alto nivel", argumentó cuando este verano hizo efectiva su decisión de seguir en Girona, donde la pasada temporada conquistó la Copa de la FIBA y obtuvo unos promedios por partido de 10,8 puntos, 5,5 rebotes y 1,2 asistencias.

El pasado marzo, el seleccionador español, Pepu Hernández, le elogiaba: "Ha enfocado muy bien su situación en un equipo que le quiere y le apoya. En lo que más tiene que mejorar es en el rebote. Sus movimientos de pies deben ser mucho más rápidos. Debe ser más bailarín. Pero estoy muy contento con su evolución".

El propio Marc, que mide como su hermano, 2,15 metros, hace autocrítica: "Debo mejorar en varios aspectos, especialmente en ser más consistente. No puedo permitirme el lujo de desaparecer durante cinco minutos en los partidos". En todo caso, se ha convertido en el jugador franquicia del Akasvayu, que dirige Pedro Martínez, a pesar de la calidad y experiencia de algunos compañeros como McDonald o los recién incorporados Stevenson, Drobnjak o Cvetkovic. "Podemos ser optimistas y pensar en meternos en la Euroliga", concluye Marc repasando la lista y los primeros resultados del campeonato.

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