"¿Ganó Raúl algún Mundial? ¿Y alguna Eurocopa?"

No por manido, el fantasma de Raúl sigue menos vigente. Esa obsesión, esa imagen impresa en la fantasía de la hinchada y del seleccionador, Luis Aragonés, aflora a la superficie de la concentración de vez en cuando, de forma inesperada. Una cámara de Buenafuente, el programa de La Sexta, merodeaba en las gradas de Las Rozas cuando captó la reacción del seleccionador ante los lamentos quejumbrosos de un seguidor. El hincha preguntaba por Raúl con la pose afectada: De pronto, Luis Aragonés se giró y le dijo: "Raúl jugó tres Mundiales, ¿ganó alguno? Raúl jugó dos Eurocopas, ¿ganó alguna?".
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No por manido, el fantasma de Raúl sigue menos vigente. Esa obsesión, esa imagen impresa en la fantasía de la hinchada y del seleccionador, Luis Aragonés, aflora a la superficie de la concentración de vez en cuando, de forma inesperada. Una cámara de Buenafuente, el programa de La Sexta, merodeaba en las gradas de Las Rozas cuando captó la reacción del seleccionador ante los lamentos quejumbrosos de un seguidor. El hincha preguntaba por Raúl con la pose afectada: De pronto, Luis Aragonés se giró y le dijo: "Raúl jugó tres Mundiales, ¿ganó alguno? Raúl jugó dos Eurocopas, ¿ganó alguna?".

El seleccionador se ha autoimupuesto una ley del silencio que abarca sus declaraciones a la prensa pero no incluye su interacción con los seguidores. A Luis Aragonés siempre le ha atraído el contacto con las gradas. No se pudo reprimir en una semana marcada por la polémica. Estalló justo cuando la opinión pública debatía sobre la conveniencia de que Raúl entrara en las convocatorias de la selección. En una temporada en la que el capitán del Madrid ha recobrado su capacidad para golear, cuando vuelve a ser decisivo, el seleccionador parece darle la espalda. La última lista de Luis Aragonés reveló que si no le convoca no es por razones puramente futbolísticas. El técnico defiende su autoridad. Siente que si llama a Raúl, con quien mantuvo un conflicto de convivencia, casi doméstico, hace un año, pone en peligro su crédito ante la plantilla que pretende consolidar para afrontar el Europeo de 2008.

Luis Aragonés y su entorno se sienten incomprendidos por parte de la opinión pública. Contemplan el debate en torno a Raúl como una injerencia incómoda en sus asuntos. Para el técnico, Raúl forma parte de los recuerdos desagradables que se relacionan con la derrota ante Francia en el Mundial de Alemania. Quiere superarlos. Quiere superar al fantasma. Pero no puede impedir que se le presente de vez en cuando. De forma inesperada. Entonces Luis Aragonés no consigue reprimir sus sentimientos heridos. Y explota.