Reportaje:

"No me gustó la actitud de los centrocampistas"

Schuster se siente dolido por una victoria sin brillo que le dejó en evidencia ante sí mismo y su audiencia

Bernd Schuster tuvo recursos para hilar un argumento optimista. Hay entrenadores que, aunque ven señales de alarma, se ponen sibilinos cuando hablan en público. No muestran síntomas de malestar porque lo consideran pernicioso para su imagen. Schuster es distinto. Al alemán no le preocupa el márketing. El hombre tiene serias dificultades para mentir. Suele ser frontal. Como ayer. A pesar de ser el primer técnico del Madrid en ganar un partido en Getafe, salió del vestuario de los triunfadores con cara de torturado. Sólo le faltó dar bufidos. Intentó contenerse. Pero, cuando pensó en sus ...

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Bernd Schuster tuvo recursos para hilar un argumento optimista. Hay entrenadores que, aunque ven señales de alarma, se ponen sibilinos cuando hablan en público. No muestran síntomas de malestar porque lo consideran pernicioso para su imagen. Schuster es distinto. Al alemán no le preocupa el márketing. El hombre tiene serias dificultades para mentir. Suele ser frontal. Como ayer. A pesar de ser el primer técnico del Madrid en ganar un partido en Getafe, salió del vestuario de los triunfadores con cara de torturado. Sólo le faltó dar bufidos. Intentó contenerse. Pero, cuando pensó en sus centrocampistas, soltó un chorro de frustración. "No me gustó la actitud que tuvieron los cuatro que jugaron por delante de la defensa", dijo. Dio en el blanco: Gago, Sneijder, Robinho y Robben.

"Los centrales nos están salvando los papeles, junto con Iker. El Getafe ha hecho un gran partido"

"Creo que, una vez más, la defensa, los cuatro de atrás, ha estado sensacional", comentó Schuster; "los centrales nos están salvando los papeles, junto con Iker. Pero he dicho mil veces que no me gusta la actitud de los cuatro de delante". Luego, admitió que el Getafe, su ex equipo, había jugado mejor. "Ha hecho un gran partido", dijo; "exactamente, como en las tres ocasiones anteriores que el Madrid ha visitado este campo. Hoy sólo cambió el resultado".

A Schuster le dolió la victoria porque le dejó en evidencia ante sí mismo y su audiencia. Ramón Calderón, el presidente del Madrid, le contrató precisamente para que hiciera con su equipo lo que había logrado con el Getafe. Hace un año, el Getafe de Schuster fue superior al Madrid en la ida y la vuelta. Jugó mejor porque tuvo más la pelota, porque sus centrocampistas se asociaron con más criterio y porque todos sus futbolistas dieron una coherencia ofensiva al juego, algo más propio de los grandes que de los pequeños. Al llegar a Chamartín, hace tres meses, Schuster indicó que, si había logrado que el Getafe jugara bien, repetir la tarea en el Madrid, con futbolistas de más categoría, no tendría por qué resultarle de gran dificultad. Su victoria desmiente esta teoría. Ayer, el Getafe, sin Schuster, jugó mejor que el Madrid con Schuster.

La contradicción empujó al entrenador del Madrid a incurrir en un discurso oportunista del que pronto se salió. "Por momentos, la verdad, estamos ganando", dijo. En esto se pareció a Fabio Capello, que sólo se justificaba con la victoria, y pareció olvidar que Calderón le contrató en su lugar para llevar a su equipo hacia "la excelencia en el juego". Pronto, abandonó esa línea. No sabe manifestar satisfacción cuando algo no le gusta. "La forma en que hemos ganado se puede discutir", apuntó intentando encontrar causas; "pero, jugando cada tres días, lo importante es ganar. Intentando, poco a poco, jugar mejor. Ésa es la intención que tenemos ahora".

La ciencia médica, la teoría del mantenimiento físico, obliga a Schuster a administrar los esfuerzos de su plantilla. Consecuencia de esto es que ayer, en principio, debió dejar fuera al conductor, Guti, pensando en el choque de la Liga de Campeones contra el Lazio. "Con la entrada de Guti mejoramos", dijo; "era la idea. Pero, bueno, aquí todo el mundo tiene que jugar. Tenemos muchísimos partidos, uno detrás de otro, y no tenemos suficiente tiempo para pensarlo demasiado. Lo he dicho mil veces: tenemos que hacer mil cosas en cada partido y tenemos que mantener la concentración y arriesgarnos mucho".

Michael Laudrup hizo una lectura elegante de lo sucedido. Sin quejarse de los árbitros y sin lamentar el gol, en posible fuera de juego. "He dicho a mis jugadores que el fútbol es un deporte muy sencillo, pero que a veces tiene cosas que no se pueden explicar", dijo; "a veces, es muy cruel".

Bernd Schuster, preocupado en el banquillo.CRISTÓBAL MANUEL

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