Análisis:A LA PARRILLA

Colegas

La nueva etapa de El hormiguero (Cuatro) empezó el lunes con nervios, alegre aturullamiento y buen humor. La media hora diaria se le quedó corta a Pablo Motos y también a un público acostumbrado a las gracias de sus colaboradores habituales, que sólo aparecieron al completo para dar las buenas noches en pijama. Fin del horario infantil. El humor de El hormiguero es para todas las edades. Y casi todos los gustos. La agilidad y las ideas refrescantes se agradecen, sobre todo frente a otros programas de humor que perpetúan fórmulas obsoletas. Las hormigas son para las mentes jóvenes...

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La nueva etapa de El hormiguero (Cuatro) empezó el lunes con nervios, alegre aturullamiento y buen humor. La media hora diaria se le quedó corta a Pablo Motos y también a un público acostumbrado a las gracias de sus colaboradores habituales, que sólo aparecieron al completo para dar las buenas noches en pijama. Fin del horario infantil. El humor de El hormiguero es para todas las edades. Y casi todos los gustos. La agilidad y las ideas refrescantes se agradecen, sobre todo frente a otros programas de humor que perpetúan fórmulas obsoletas. Las hormigas son para las mentes jóvenes e irreverentes.

El primer invitado fue, curiosamente, Javier Sardá. Un colega, en muchos sentidos. El ritmo de un programa corto requiere gente con reflejos rápidos. Mejor ir a lo seguro, especialmente al principio, habrá pensado Motos. Y recurrió a Sardá, que se prestó a todo, incluso a no ser entrevistado. Eso es un amigo, aunque trabaje en la competencia.

Hablando de amigos y colegas. Andreu Buenafuente se estrenó también esa noche en La Sexta. Bfn ha trasladado al equipo de su magacín de medianoche, incluida la banda de músicos. La estructura es la misma que tenía en Antena 3. El monólogo inicial, los sketches, el sofá, los invitados. Pero en ningún momento pareció una fórmula agotada o un equipo cansado. Energía, ideas, oportunidad. El Buenafuente algo dubitativo de su primer programa en la etapa anterior estaba aquí confiado, pletórico. Y sus colaboradores (El Follonero, los actores) agudos y graciosos.

Buenafuente tuvo como invitados a Patricia Conde y a Ángel Martín, compañeros de cadena. También le gusta sentirse arropado por los colegas. Por los nuevos. Contento con sus recién estrenados jefes ("El Gran Payaso"), no ha tardado nada en hacer suyas las batallas de la empresa, con bromas sobre las retransmisiones deportivas. Antes mantenía equidistancias y hacía guiños a otros colegas. Hubo bromas, desvaríos y también autoparodia. Buenafuente sabe reírse de sí mismo. Menos mal.

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