Reportaje:Eurobasket | Final

Solidario Garbajosa

El pívot de los Raptors refrenda su importancia en el equipo pese a salir de una grave lesión

Jorge Garbajosa se estira tan largo cual es, 207 centímetros, sentado sobre uno de los sillones del hotel de Madrid donde la selección española ha cocinado el Eurobasket. Está cansadísimo. Unas pequeñas marcas en su pierna izquierda es el tatuaje que dejó la operación que estuvo a punto de dejarle fuera del torneo. "No me arrepiento en absoluto de todo lo que tuve que hacer para estar aquí. Las sensaciones que estoy viviendo no se pagan con dinero", subraya. Se refiere al inmenso esfuerzo físico y psicológico al que se sometió para ponerse a punto tras haber sido operado de la luxación de tobi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Jorge Garbajosa se estira tan largo cual es, 207 centímetros, sentado sobre uno de los sillones del hotel de Madrid donde la selección española ha cocinado el Eurobasket. Está cansadísimo. Unas pequeñas marcas en su pierna izquierda es el tatuaje que dejó la operación que estuvo a punto de dejarle fuera del torneo. "No me arrepiento en absoluto de todo lo que tuve que hacer para estar aquí. Las sensaciones que estoy viviendo no se pagan con dinero", subraya. Se refiere al inmenso esfuerzo físico y psicológico al que se sometió para ponerse a punto tras haber sido operado de la luxación de tobillo que sufrió el 27 de marzo en un partido ante los Celtics. Tampoco fue un trance menor la costosa y compleja póliza de seguro que necesitó cubrir la federación española para obtener la luz verde del equipo de Garbajosa, los Raptors de Toronto. "Han respetado al cien por cien mi decisión de estar con la selección. Me he encontrado muy bien y no tengo ningún dolor", afirma.

"Lo que vivo en los partidos o la noche antes a la final... No lo cambio por nada", sentencia
Más información

Vista en retrospectiva se comprende mejor la decisión de Pepu Hernández de forzar a toda costa la presencia de Garbajosa en el campeonato. Su experiencia, su oficio, la versatilidad de su juego, esa capacidad de guarecer el aro, fajarse con los pívots más fieros y al mismo tiempo lanzar desde fuera, le va de perillas al equipo español. "Quizás no hemos estado brillantes en algún partido como ante Grecia. Es un rival que, además del talento que atesora, que es obvio, es muy duro, juega con bastante orgullo y nos puso las cosas muy difíciles. Pero dimos una muestra de madurez impresionante. Sin estar brillantes en conjunto, Navarro tuvo momentos muy buenos, Pau y Calderón también. Con sus armas, con casta y con orgullo sacamos el partido adelante". Con una mueca de modestia, el pívot nacido en Torrejón de Ardoz hace 29 años, justifica el oficio que demuestra en la pista. "Hay que tener la mente fría y el corazón caliente. En algunos momentos tienes que apretar también, no achantarte. Pero también hay que saber que ellos llevan el partido a su terreno y tú no puedes caer en eso. Contra Croacia cometimos ese error y aprendimos de él. Ellos también impusieron un ritmo de juego muy duro, con muchos contactos y pecamos quizás de entrar demasiado en lo que ellos querían. Ante Grecia estuvimos bastante más fríos".

En la semifinal contra Grecia, Garbajosa disputó 30 minutos y no logró anotar ningún triple a pesar de que lo intentó en cuatro ocasiones. "En este equipo, todos tenemos experiencia suficiente para superar eso. Algunos días estás menos atinado de lo normal por lo que sea. Pero te pones el mono de trabajo y ayudas al equipo en lo que puedes. Pero si uno tiene miedo a tirar cuando ve un buen tiro y el equipo ha movido bien el balón, mejor que se vaya al banquillo", sentencia.

A pesar de la derrota ante Croacia y de las enormes dificultades que tuvo España para superar a Grecia, Garbajosa asegura que no sintió que el equipo se sintiera perdido. "Hubo momentos en los que nos apretaron, nos pusieron contra las cuerdas", admite. "Pero el equipo ha estado inmenso. Pau, tanto en ataque como en intimidación, ha sido decisivo. El partido ante Grecia lo comparábamos con la semifinal del Mundial contra Argentina. El marcador fue muy ajustado y ellos tuvieron muy buenas rachas de juego. Pero cuando tomamos el mando, aun sufriendo mucho, siempre teníamos la sensación de que controlábamos un poquito más el partido, sobre todo por la defensa que hicimos al final. Esa defensa nos permitía confiar en que controlábamos más el juego".

En pocos días, Garbajosa se pondrá de nuevo a las órdenes de los técnicos de los Raptors. Con el equipo de Toronto disputará tres partidos de la gira europea de pretemporada de varios equipos de la NBA, el seis y siete octubre contra los Celtics y el Roma en la capital italiana, y el 11 de octubre contra el Real Madrid en el Palacio de Deportes de la Comunidad. Dice estar recuperado plenamente de la lesión que sufrió en el tobillo: "Estoy mejor incluso de lo que pensaba. No noto la más mínima molestia. Según ha ido avanzando el torneo, me he encontrado mucho mejor". El año próximo, la selección española afrontará el desafío de superar el segundo puesto obtenido por el legendario equipo de los Corbalán, Epi, Martín y compañía en Los Ángeles en 1984.

"Llevo siete años con la selección. Lo hablaba con los compañeros cuando acabó el partido contra Grecia: los momentos vividos tanto en los partidos como después de ellos son muy divertidos, o las noches antes de una final. Eso no lo cambio por nada. Si la gente estuviera en nuestra piel entendería porqué hacemos todos los sacrificios que hacemos para estar aquí", sentencia Garbajosa antes de ser aclamado por varias decenas de seguidores y firmar par de autógrafos a dos de los pocos que han tenido la suerte de colarse en el hotel.

Garbajosa intenta taponar una bandeja de Spanulis en el España-Grecia de semifinales.REUTERS

Sobre la firma

Archivado En