Análisis:A LA PARRILLA

Ciudadanos

Que un adulto sepa menos que un niño es una suposición idónea para que un concurso televisivo lo indague. Con humor, delicadeza y una gran dosis de ingenuidad, ¿Sabes más que un niño de primaria?, de Antena, 3 muestra que hay niños que saben latín. Y geografía, anatomía, historia y tantas cosas. Los niños de ese concurso disfrutan tanto compitiendo con los adultos y ayudándoles a superar preguntas capciosas ("¿Qué dos tipos de prolongaciones tienen las neuronas?") que da gusto verles. Y los adultos asumen ¡con humildad y buen rollo! sus limitaciones. No hay humillaciones. El veterano Ra...

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Que un adulto sepa menos que un niño es una suposición idónea para que un concurso televisivo lo indague. Con humor, delicadeza y una gran dosis de ingenuidad, ¿Sabes más que un niño de primaria?, de Antena, 3 muestra que hay niños que saben latín. Y geografía, anatomía, historia y tantas cosas. Los niños de ese concurso disfrutan tanto compitiendo con los adultos y ayudándoles a superar preguntas capciosas ("¿Qué dos tipos de prolongaciones tienen las neuronas?") que da gusto verles. Y los adultos asumen ¡con humildad y buen rollo! sus limitaciones. No hay humillaciones. El veterano Ramón García oficia con apabullante naturalidad, sin sobreactuar: "Se trata de refrescar la memoria". No hace falta más justificación.

Pasatiempo balsámico, sin pretensiones morales, el programa reunió el jueves 2.600.000 espectadores, lo más visto en prime time. La gente premia la naturalidad. Ahí está ese otro magnífico concurso, Saber y ganar (La 2), que presenta Jordi Hurtado, un feo encantador, en el que vemos cómo muchos de nuestros compatriotas son capaces de conocer cosas extraordinarias. Saber y ganar, que lleva 10 años compitiendo con los telediarios de mediodía, está lozano como una rosa y nos reconcilia con nuestros paisanos. En pleno verano lo siguen diariamente más de un millón de espectadores: las buenas ideas televisivas no necesitan adornos dramáticos ni moralina.

Las buenas ideas no bastan. El programa / denuncia El ojo público del ciudadano, en el horario estelar de TVE-1, sólo es capaz de transmitir que éste es un país lleno de incompetentes, estafadores, tontos y gente con las peores intenciones. Juan Ramón Lucas -camisa de rayas y chaqueta de esmoquin- se erige en pope de lo lamentable. "¿Qué es lo peor que te ha pasado?", pregunta. "Las obras en mi casa después de la muerte de mi padre", le contestan. En un país con especulación inmobiliaria comprobada, el programa señala con el dedo al gran estafador: un simple albañil. La gente es mala. Y así hora y media de servicio público.

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