Reportaje:

"Corría por pura afición"

Nagore Otaño, la amazona fallecida el domingo en una carrera, debutó hace dos años e iba todos los días al hipódromo de Lasarte

Tenía 29 años y un amor "enorme" por los caballos. Como todos los días desde hacía cinco años, la amazona guipuzcoana Nagore Otaño se presentó el domingo con puntualidad en el hipódromo de Lasarte, a las afueras de San Sebastián. Era su novena carrera como yóquei aficionada y la segunda de la tarde. A lomos de la yegua La Chaparrita, enfilaba la curva de Bugatti, a mitad de camino, cuando sucedió la tragedia. El animal dobló sus extremidades delanteras después de tropezar con la monta que le precedía y su jinete salió despedida produciéndose una fractura en el cuello que le causó la mue...

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Tenía 29 años y un amor "enorme" por los caballos. Como todos los días desde hacía cinco años, la amazona guipuzcoana Nagore Otaño se presentó el domingo con puntualidad en el hipódromo de Lasarte, a las afueras de San Sebastián. Era su novena carrera como yóquei aficionada y la segunda de la tarde. A lomos de la yegua La Chaparrita, enfilaba la curva de Bugatti, a mitad de camino, cuando sucedió la tragedia. El animal dobló sus extremidades delanteras después de tropezar con la monta que le precedía y su jinete salió despedida produciéndose una fractura en el cuello que le causó la muerte. Atendida sobre la pista por la Cruz Roja y trasladada más tarde al hospital Donostia, los médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida.

"Si se confirma, baja de por vida. No queremos tramposos", dicen en su club español

La Chaparrita pertenece a la cuadra Las Américas, en la que Miguel Alonso ejerce de preparador. "Fue un accidente más de los muchos que ocurren en el hipódromo. He visto y padecido muchos. El trazado de Lasarte siempre es difícil, pero nadie pensaba que algo así iba a pasar. Nadie es culpable de lo que sucedió". Sergio Vidal, jinete, compartió cinco años de entrenamientos con Otaño. "Era muy sensata y consciente de los riesgos de la hípica. Conocía sus limitaciones aunque llevara pocas carreras. Era una chica muy tímida y demasiado noble para lo que es habitual en este deporte".

Nagore había estudiado Biología. "Se desvivía por los caballos", recuerda Alonso. Su primer contacto con ellos lo tuvo en Oiartzun. Conoció a un veterinario que trabajaba en el hipódromo y, poco a poco, se convirtió en asidua de los establos. "Venía a aprender. Así empezó a montar. Era muy querida por todo el mundo. Nunca abandonaba el hipódromo hasta que los caballos estaban atendidos y todo quedaba recogido. Estaba aquí por pura afición", comenta el preparador.

Hace poco más de dos años, la joven debutó en una carrera con Jackson, un caballo de 11 años, el más veterano del circuito. Su palmarés de triunfos estaba vacío. "Nagore siempre decía que quería verle ganar algún día". Ayer, Jackson venció en la sexta y última carrera de la tarde mientras Nagore agonizaba. "Las carreras tienen un riesgo alto y todos los jinetes lo tenemos siempre presente. Aun así, es increíble que no haya más accidentes", proclama Vidal.

Mañana, durante la Copa de Oro -el día más importante de la temporada para el hipódromo-, los jinetes portarán brazaletes negros y se habilitará un libro de firmas para recordar a la joven amazona. El suyo es el segundo accidente mortal que registra Lasarte. El anterior se produjo en 1935. Tanto la sociedad Hipódromos y Apuestas Hípicas de Euskadi, que explota la pista donostiarra, como la Federación Española de Hípica emitieron ayer notas de pésame por la muerte de Nagore. A su vez, la Asociación Española de Gentlemen y Riders renombrará su gran premio del próximo 8 de septiembre como Memorial Nagore Otaño.

Nagore Otaño, en una carrera.EFE
Nagore tras su mortal accidente.

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