Reportaje:ROCK

El sultán del 'swing'

Ariel Rot viaja en el tiempo y triunfa en Madrid

El veterano Ariel Rot ofreció anteanoche un extraordinario concierto en el Cuartel de Conde Duque de Madrid, reivindicándose como auténtico sultán del swing y contando con la enriquecedora complicidad de potentes figuras del rock en español de ahora mismo: ahí estuvieron Carlos Tarque, de M-Clan, el dúo Pereza y los argentinos Andy Chango y Marcelo Champanier.

Dueño de una jovialidad envidiable y maestro en el arte de las seis cuerdas, Ariel, bonarense de 47 años, saludó a los 2.200 espectadores de pago que acudieron a vivir y vibrar con él en una de las más agradables noches de...

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El veterano Ariel Rot ofreció anteanoche un extraordinario concierto en el Cuartel de Conde Duque de Madrid, reivindicándose como auténtico sultán del swing y contando con la enriquecedora complicidad de potentes figuras del rock en español de ahora mismo: ahí estuvieron Carlos Tarque, de M-Clan, el dúo Pereza y los argentinos Andy Chango y Marcelo Champanier.

Dueño de una jovialidad envidiable y maestro en el arte de las seis cuerdas, Ariel, bonarense de 47 años, saludó a los 2.200 espectadores de pago que acudieron a vivir y vibrar con él en una de las más agradables noches del estío capitalino de este 2007.

Como aliados en escena tenía una extraordinaria banda de músicos, verdaderos virtuosos de un rock clásico que poco a poco se ha convertido en folclore juvenil de la capital de España en los últimos treinta años, y un pedazo de repertorio que alcanza todos los puntos de su exitosa trayectoria como artista. Y no son pocos. Desde Tequila hasta Los Rodríguez, pasando por las canciones del propio Ariel en solitario e, incluso, algún lujoso préstamo, como el añejo Rock de Europa, del venerable Moris, que tanta vigencia tiene en el "loco mundo" actual.

Sacándole espectacular partido a ese pacto con el reloj, para que sus manecillas no le alcancen y envejezcan a cambio de hacer sonar a gloria sus guitarras Fender, Rot estuvo locuaz y emocionante recordando a los que se fueron -la delgada y familiar silueta de Julián Infante se intuyó, mientras sonaba El mundo de ayer-, relatando esas historias de chicas fatales -Vicios caros-, de madurez emocionada -Cenizas en el aire-, de sufridos músicos en la carretera -Hoja de ruta- o de la fatal pérdida de gusto estético en este punto de desarrollo de Occidente -Lo siento, Frank-.

Además, supo llevarse a los terrenos del tango temas de rock como Mucho mejor, transitó felizmente los caminos del swing instrumental en Confesiones de un comedor de pizza y realizó un magnífico meddley de éxitos de Tequila que pusieron al respetable en total subidón veraniego.

Dicen los profesionales que las contrataciones de actuaciones musicales este verano están un tanto paradas. Pues bien, he aquí un excelente artista para garantizar veladas agradables en las felices noches de amor y calor que nos esperan estos dos meses. Apostar por Ariel es hacerlo siempre por un caballo ganador. El público se lo agradecerá. Seguro.

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