Reportaje:MÚSICA

Benicàssim se americaniza

El inglés cambia de acento en una edición del FIB que anoche empezó a sonar con los veteranos Iggy & The Stooges como estrellas

"Somos los jodidos Stooges". Con estas palabras comenzaba Iggy Pop, a los acordes de Loose, su concierto al frente de los míticos Stooges de Detroit. Desnudo de cintura para arriba como siempre, La Iguana tardó sólo dos canciones en subirse a uno de los gigantescos altavoces y, en apenas 10 minutos, ya se arrancó con 1969 y I wanna be your dog, dos de los grandes clásicos de la banda. La presencia de La Iguana ejemplificó a la perfección la americanización del cartel de la 13ª edición del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que quedó patente ya con la primer...

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"Somos los jodidos Stooges". Con estas palabras comenzaba Iggy Pop, a los acordes de Loose, su concierto al frente de los míticos Stooges de Detroit. Desnudo de cintura para arriba como siempre, La Iguana tardó sólo dos canciones en subirse a uno de los gigantescos altavoces y, en apenas 10 minutos, ya se arrancó con 1969 y I wanna be your dog, dos de los grandes clásicos de la banda. La presencia de La Iguana ejemplificó a la perfección la americanización del cartel de la 13ª edición del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que quedó patente ya con la primera canción que sonó ayer en la fiesta de bienvenida. El DJ Aldo Linares, que escoge siempre un tema significativo, cuya pretensión es sugerir la orientación del cartel y de los participantes, optó por Bill Haley and The Comets como muestra del interés que el rock precursor de los Estados Unidos ha despertado para la selección de artistas y bandas en un festival que, en ediciones anteriores, ha sido extremadamente británico. Anoche, en el recinto del festival se hablaba inglés, pero la música de fondo era yanqui.

Tras el tradicional inicio de Linares, el potente rock garajero de los suecos Mando Diao dio paso a una reforzada fiesta de apertura que la organización ha dotado de entidad propia, con la incorporación de los veteranos Iggy & The Stooges como estrellas de la velada y Los Planetas ya en la madrugada. El escenario grande comenzó a llenarse de público con la presencia de Mando Diao. El cuarteto sueco desplegó su potente arsenal de efervescentes melodías, a medio camino entre la tradición melódica de los sesenta y el rock de garaje.

Un bochorno húmedo, muy característico, recibió a los miles de fibers que llenarán hasta el domingo el recinto del más internacional de los festivales de música del verano, cuyo cartel prevé la actuación de 100 artistas en cuatro escenarios. Ayer se abrió ya la tercera zona de acampada, que amplía hasta 22.000 el número de plazas a las que tienen acceso los asistentes con abono para todo el festival. Esas plazas están, más que nunca, ocupadas por extranjeros, hasta sobrepasar el 60%. La mayoría de ellos procede de Europa, sobre todo del Reino Unido, aunque se han detectado ventas en lugares tan exóticos y lejanos como Suráfrica, Taiwan o Japón.

No de tan lejos llegó, procedente de Barcelona, Francesc, con tres citas ineludibles: Wilco, The B-52's y Devo. "Esos tres no me los pierdo", decía. La suma de los kilómetros recorridos por Elena y Alberto superaría a la de cualquier asistente al FIB, ya que ellos llevan 13 años, los mismos que el festival, acudiendo a Benicàssim desde Madrid. No llegan a decir que vendrían a ciegas, fuera cual fuera el cartel, pero sí se califican como "fieles" y toman la convocatoria del FIB como "parte de las vacaciones", con lo que, pese a contar con un abono que les da derecho a acampada, optan por hospedarse en un hotel.

Como estos dos madrileños, los asistentes al FIB logran que los hosteleros del municipio y de toda la zona cuelguen el "completo", que es también el panorama que presentan los restaurantes y bares. No en vano, el impacto económico que el pasado año dejaron los cerca de 36.000 visitantes se calculó en 12 millones de euros, lo que da una noción del poder adquisitivo de la mayoría de fibers, una fauna que cada vez se singulariza más entre los públicos de la música en directo. Valga como comparación el impacto calculado tras la celebración de otro festival, el Viña Rock, que este año también se celebró en Benicàssim y que, con una media de asistentes de 45.000 personas, dejó en el municipio algo más de 4 millones de euros.

Para esta edición se ha ampliado el espacio del festival en 54.000 metros cuadrados repartidos entre el recinto, el parking y la zona principal de acampada, con lo que el aforo se ha aumentado hasta las 40.000 personas. El presupuesto para conseguirlo alcanza los seis millones de euros, que incluyen algunas subvenciones públicas.

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