Reportaje:

"¿Y las faltas tácticas?"

El gol de Messi divide a la plantilla del Getafe

Rostros pétreos, bocas prietas y cabezas gachas. La plantilla del Getafe se ejercitó ayer con el ánimo por los suelos. La menor referencia al gol de Messi era recibida con malas caras y evasión de la realidad. Casquero tildó de "putada" lo que muchos entendidos calificaron de "obra de arte" o "milagro". Dentro del vestuario hay quienes, a título privado, "para no enfadar al mister", estiman que "es un gol cojonudo". Otros, como Celestino, no se esconden: "Les diré a mis nietos que ahí estaba". Casquero lo tiene claro: "No me gustaría verme".

Palabras muy parecidas a las de Nacho,...

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Rostros pétreos, bocas prietas y cabezas gachas. La plantilla del Getafe se ejercitó ayer con el ánimo por los suelos. La menor referencia al gol de Messi era recibida con malas caras y evasión de la realidad. Casquero tildó de "putada" lo que muchos entendidos calificaron de "obra de arte" o "milagro". Dentro del vestuario hay quienes, a título privado, "para no enfadar al mister", estiman que "es un gol cojonudo". Otros, como Celestino, no se esconden: "Les diré a mis nietos que ahí estaba". Casquero lo tiene claro: "No me gustaría verme".

Palabras muy parecidas a las de Nacho, que espera "no verse en la tele dentro de 30 años". Messi le hizo un caño tras regatear a Paredes. Luego vendrían Alexis, Belenguer y Luis García. Cortés se tiró en plancha, pero no detuvo a La Pulga.

"¿Para qué quieren hablar con Alexis o Luis García? Lo mejor es que callen. Saldrán más beneficiados. ¿O acaso pretenden humillarles?", replicaban desde el entorno de dos de los jugadores que vieron venir a Messi desde 50 metros.

Los más tendentes a analizar el segundo gol del Barcelona fueron quienes asistieron a la jugada como meros espectadores. Como Güiza: "¿Dónde están las faltas tácticas? Tenían que haberle hecho a Messi una que le mandara a la grada", afirmó en la cantina del Coliséum. "No estoy de acuerdo", abundaron distintos jugadores. El pistolero jerezano se explicó: "Porque a Messi, más rápido con el balón que sin él, sólo se le frena con una falta fuerte". "De todas maneras", terminó Güiza, "¡el Barcelona no es el Pontevedra!".

El mensaje del delantero sigue las pautas que Bernd Schuster proclamó al término del partido. El preparador y Belenguer lamentaron la "nobleza" de algunos jugadores, que no cortaron el sprint de Messi. No opina lo mismo Paredes: "No fuimos nobles. Nos vimos superados por su velocidad, la principal cualidad de Messi". El lateral también recordó que, por entonces, el cuadro madrileño "no controlaba la situación y había bastantes espacios libres... Y pasó lo que pasó".

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