Reportaje:Ciclismo | Campeonatos del Mundo en pista

La verdadera prueba del campeón

El ciclista español defiende hoy el título de 'madison' sin su compañero Isaac Gálvez, muerto en noviembre en la misma carrera

La prueba de madison es lo más parecido a un relevo en un velódromo. Un equipo formado por dos ciclistas que, en lugar de tocar pared para darse paso o entregarse un testigo, se agarran del brazo para aprovechar el impulso del compañero. Ese gesto, mil veces repetido, se convertirá hoy en una prueba dolorosa para el español Joan Llaneras. El actual campeón del mundo de la prueba intentará defender el título en su tierra natal, Palma de Mallorca. Pero no tendrá a su lado a Isaac Gálvez, su pareja de siempre, muerto en noviembre cuando ambos participaban en los Seis Días de Gante.

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La prueba de madison es lo más parecido a un relevo en un velódromo. Un equipo formado por dos ciclistas que, en lugar de tocar pared para darse paso o entregarse un testigo, se agarran del brazo para aprovechar el impulso del compañero. Ese gesto, mil veces repetido, se convertirá hoy en una prueba dolorosa para el español Joan Llaneras. El actual campeón del mundo de la prueba intentará defender el título en su tierra natal, Palma de Mallorca. Pero no tendrá a su lado a Isaac Gálvez, su pareja de siempre, muerto en noviembre cuando ambos participaban en los Seis Días de Gante.

Después del mortal accidente, Llaneras se tomó un tiempo de reflexión, recuerda el seleccionador nacional, Didac Navarro. "Sin presiones". Al principio dudó. El golpe había sido demasiado duro. Había visto a Gálvez, de 31 años, perder el control de su bicicleta, rozar a un rival y golpearse brutalmente contra la barandilla del velódromo suizo. "Pensó en abandonar, pero es un hombre muy fuerte, un supercampeón, muy competitivo y se ha venido arriba", añade el seleccionador.

Esta decisión explica en parte el carácter del corredor. Porque si es fácil entender por qué no ha mandado al carajo el ciclismo -al fin y al cabo lleva toda una vida sobre la bicicleta-, es difícil entender que quiera repetir en una prueba que le cambió la vida. "Se conoce muy bien a sí mismo y ha optado por ir a por todas", añade Navarro.

Su nueva pareja es el catalán Carles Torrent. "El entendimiento es bueno, pero no tenemos las mismas opciones", ha reconocido Llaneras en una entrevista con la Federación Española de Ciclismo. Aunque ambos residen en Girona, tienen "una relación bastante estrecha", en palabras del seleccionador, y salen a entrenarse juntos, no es lo mismo. Llaneras y Gálvez se complementaban a la perfección. Un fondista y un sprinter. La táctica y la potencia bruta. Ambos reservados, callados. A pesar de ello, y de que juntos habían sido dos veces campeones del mundo, en 1999 y 2006, en los Juegos Olímpicos de Atenas Llaneras participó con otro compañero por decisión técnica.

Para la gran prueba de hoy, el seleccionador no se atreve a hacer un pronóstico: "Hay que ser realistas. La opción con Gálvez era volver a ser campeones. Ya no. Pero si no hubiera una opción de medalla, Llaneras no correría". El corredor, de 37 años, sabe que una medalla más o menos no es lo más importante.

A su favor está su estado de forma, plasmado, además de en su triunfo de ayer en la prueba individual de puntuación, en el test realizado antes de los Mundiales, "uno de los mejores que ha realizado". Para llegar a este punto, el ciclista español ha seguido su programa habitual, que le ha valido seis oros mundiales y otro olímpico, tanto en madison como en puntuación individual. Se trata de combinar el entrenamiento en altura y la participación de pruebas en carretera para ganar fondo, con un trabajo más específico en la pista. Los entrenamientos y su vida en Girona y las concentraciones con el equipo nacional, la última de ellas en Palma un par de semanas antes de que empezaran los Mundiales. Pero el reto no es físico. Tocado emocionalmente y arropado por su público, Llaneras, que se ha acostumbrado a ganar en ambientes fríos, sabe que hoy puede ganar o no, pero también sabe que hay cosas que nunca podrá recuperar.

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