El Gobierno exige el "rechazo" de la violencia para legalizar Batasuna

Arnaldo Otegi defiende su "derecho" a concurrir a las elecciones de mayo

El Gobierno se prepara para una nueva semana de dura confrontación con el PP por su política antiterrorista. Ayer, un día después de que el partido de Mariano Rajoy reuniera a más de 330.000 personas en contra de la concesión de la prisión atenuada al etarra De Juana, Moncloa trabajaba ya en el paisaje que se avecina cuando la izquierda abertzale decida -en las próximas semanas- la fórmula con la que aspira a concurrir a las elecciones de mayo. Fuentes del Ejecutivo aseguran que se exigirá a Batasuna "el rechazo" a la violencia.

El líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi,...

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El Gobierno se prepara para una nueva semana de dura confrontación con el PP por su política antiterrorista. Ayer, un día después de que el partido de Mariano Rajoy reuniera a más de 330.000 personas en contra de la concesión de la prisión atenuada al etarra De Juana, Moncloa trabajaba ya en el paisaje que se avecina cuando la izquierda abertzale decida -en las próximas semanas- la fórmula con la que aspira a concurrir a las elecciones de mayo. Fuentes del Ejecutivo aseguran que se exigirá a Batasuna "el rechazo" a la violencia.

El líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, reafirmó ayer en el diario Gara la "vocación" y el "derecho" de la izquierda abertzale a estar en las próximas elecciones. "Ese derecho tiene que ser respetado", afirmó Otegi sin mencionar ningún rechazo a ETA. En declaraciones recientes a La Vanguardia, Otegi precisó la diferencia entre condenar y rechazar: "La condena afecta más a lo moral que a lo político y yo planteé un rechazo [del 11-M] en términos políticos". Desde el Gobierno se le ha respondido con una advertencia: sólo podrán presentarse a los comicios de mayo si "rechazan" la violencia. El PP ya ha anunciado que hará de esta cuestión su próxima batalla política.

El Gobierno quiso ayer dar protagonismo a las víctimas del 11-M, en el tercer aniversario del atentado, y evitó el debate sobre la gran manifestación celebrada por el partido de Mariano Rajoy el día anterior contra la política antiterrorista de Zapatero. No obstante, fuentes gubernamentales indicaron que consideran "muy grave" la "monopolización de la idea de España de la que hizo gala Rajoy" en su discurso, así como su acusación de que el Ejecutivo "está negociando con ETA el futuro de España".

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