Reportaje:

"Ha sido como una guerra"

Pavón, el inspirador del lema de la política deportiva de Florentino Pérez, habla del último año en la vida del club y de su actual marginación

"Ha sido como una guerra", explica Pavón, cuando reflexiona sobre el último año del Madrid. "Yo no me siento una víctima porque en las guerras no hay vencedores ni vencidos. Todos pierden. Aquí los que perdimos fuimos todos los madridistas".

Paco Pavón (Madrid, 1980) fue parte de la herencia que dejó Florentino Pérez al club. Según la política deportiva del ex presidente, de un lado estaban los galácticos, los zidanes, y del otro los canteranos, los pavones. Lo mismo que pasó con las superestrellas, igual que ocurrió con Ronaldo y Beckham, el tiempo de Pavón en el c...

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"Ha sido como una guerra", explica Pavón, cuando reflexiona sobre el último año del Madrid. "Yo no me siento una víctima porque en las guerras no hay vencedores ni vencidos. Todos pierden. Aquí los que perdimos fuimos todos los madridistas".

Paco Pavón (Madrid, 1980) fue parte de la herencia que dejó Florentino Pérez al club. Según la política deportiva del ex presidente, de un lado estaban los galácticos, los zidanes, y del otro los canteranos, los pavones. Lo mismo que pasó con las superestrellas, igual que ocurrió con Ronaldo y Beckham, el tiempo de Pavón en el club se agota. Ayer habló de la crisis que ha sacudido al Madrid en los últimos tiempos. Especialmente, en el último año. El martes se cumplió un año desde la dimisión de Florentino Pérez como presidente.

"Si voy convocado es por las bajas. Yo, para Capello, no estoy ni entre los 20 primeros"
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"La inestabilidad institucional afectó mucho a los jugadores", dice Pavón; "porque a la hora de la verdad necesitas un referente. Y aquí salió un presidente, entró otro, se fue, dejaron a otro momentáneo mientras se hacían unas elecciones, judicializaron el proceso...".

Pavón tiene un aire a Charlton Heston. También tiene el porte atlético que lucía el protagonista de Ben Hur en la secuencia en que permanecía flotando sobre unos maderos en medio del mar. De alguna manera, Pavón es un náufrago. Lo arrastró el remolino que acabó con la presidencia de Florentino Pérez y que todavía agita el club. En su caso, las consecuencias han sido más violentas que en otros miembros de la plantilla. Quizá por su condición de símbolo de una época, de insignia de un modelo deportivo que se relaciona con el pasado, lo cierto es que es el único jugador del actual equipo que no ha disputado ni un minuto de Liga sin estar reprendido por indisciplina. Por no participar, tampoco ha calentado en la banda. Ese privilegio corresponde a Mejía y Bravo.

"La situación es bastante clara", dice el defensa. "Acabo contrato en junio y el club no me ha comunicado nada. Estoy libre. Ahora se ve mejor el panorama que en el verano pasado".

"En junio pregunté en el club cuál era mi situación", recuerda; "y me dijeron que Capello contaba conmigo y que quería que me quedase. Y me quedé. No culpo a nadie, pero podrían haber facilitado un poco las cosas porque al fin y al cabo se ha visto que ni mucho menos soy importante, ni necesario para el entrenador".

Capello y Mijatovic no tienen tiempo para pensar en futbolistas como Pavón. No les interesan ni para carne de cañón. Para eso ya tienen a Cassano.

Hace seis años, sin embargo, el surgimiento de Pavón inspiró el lema que selló la política deportiva de Florentino Pérez en su apogeo: "Zidanes y Pavones".

"Fue otra época", dice el jugador. Contra la opinión de algunos de sus nuevos compañeros de vestuario, cree que ahora el público del Bernabéu no es tan exigente como se dice. "Después de ganar la Copa de Europa el público nos pitaba si cuando íbamos ganando 3-0 perdíamos el balón", señala. "Ahora, con poco nos animan, porque hemos bajado mucho el nivel. Lo que ocurre es que hace tan poco que se ha visto buen fútbol... Habría que explicar a la gente que ahora estamos jugando a otra cosa".

El debut de Pavón frente al Athletic, en la séptima jornada de la temporada 2001-2002, anunció que el Madrid podía tramar su plantilla con los mejores jugadores del mundo y con canteranos. Disputó íntegros los 12 partidos de Liga que siguieron, acompañando a Hierro. Pavón se emociona: "¡Qué suerte que tuve de poder jugar con ese equipo! ¡Y más todavía, viendo cómo estamos jugando ahora!".

Esta temporada sólo ha jugado contra el Écija en la Copa. Frente al Betis, en la misma competición, Capello ya no contó con él.

"Me lo tomo con resignación", dice. "Tengo bien claro que es muy difícil que juegue. Debe tener [Capello] una idea preconcebida sobre mí, y a partir de ahí, cualquier cosa que pueda hacer está de más. Creo que no hay ninguna posibilidad de jugar. Soy sincero conmigo mismo. Vengo todos los días con mucha ilusión. Al principio, cuando iba citado para un partido creía que durante la semana lo había hecho bien y podía tener premio. Una vez, y otra vez, pero he visto que no. Entonces he vuelto a mi realidad, y es que no voy a jugar y que no cuento para el equipo".

"Normalmente", continúa Pavón, "el técnico me incluye entre los convocados porque este año ha habido muchísimas bajas por lesión. Pero si no hubiese tantas bajas seguramente me hubiese caído mucho más. Si Cicinho estuviese bien seríamos 25 o 26 y yo tengo claro que para el entrenador no estoy ni entre los 20 primeros".

"Si hubiera sabido que la temporada iba a ir por este camino tan malo me habría puesto más pesado a la hora de intentar forzar la salida. Pero lo cierto es que no va con mi carácter el dar problemas a la gente. Esperaba que ellos [Mijatovic y Capello] hubiesen facilitado una salida".

Pavón, en la temporada pasada.ULY MARTÍN

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