Análisis:A LA PARRILLA

Las preguntas vacías

El ruido que se ha montado porque el presidente de RTVE impidió que saliera al aire una entrevista, supuestamente llena de insultos, al comunicador José María García en el programa de Jesús Quintero ha dejado a un lado una insólita entrevista vacía (es decir, sin interlocutor) que se emitió el miércoles en esa misma sección. La dirección de una cadena es la que domina sobre los contenidos que emite, y debe ejercer con naturalidad su derecho a emitir o a no emitir según los criterios periodísticos que formen su libro de ética. Con ese mismo criterio que aplicó para tachar lo que García decía co...

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El ruido que se ha montado porque el presidente de RTVE impidió que saliera al aire una entrevista, supuestamente llena de insultos, al comunicador José María García en el programa de Jesús Quintero ha dejado a un lado una insólita entrevista vacía (es decir, sin interlocutor) que se emitió el miércoles en esa misma sección. La dirección de una cadena es la que domina sobre los contenidos que emite, y debe ejercer con naturalidad su derecho a emitir o a no emitir según los criterios periodísticos que formen su libro de ética. Con ese mismo criterio que aplicó para tachar lo que García decía con su léxico faltón, que algunos confunden con la libertad de expresión, tendría que haber observado las preguntas que le hizo Quintero a Carmen Cervera, la viuda del barón Thyssen. Por lo que se dedujo, Quintero le pidió a la señora Thyssen una entrevista, ella dijo "dos o tres veces" que iba a ir, y a última hora canceló su comparecencia. Dolido en su amor propio y en su ego, que es enorme, Quintero la hizo comparecer en ausencia, y ante esa silla vacía le hizo estas preguntas, entre otras: "¿Señora, Carmen o Tita? ¿Amaba al barón? ¿Por qué siempre se ha casado con hombres mayores? ¿Le gusta ser viuda? ¿Se enamoró alguna vez de un pobre? Sabe cinco idiomas, ¿no piensa que podría haber sido una extraordinaria barman?". Antes de ese interrogatorio, similar en sus tópicos faltones a lo que luego le diría García acerca del presidente de RTVE, Quintero explicó: "El deber de todo entrevistador es buscar a los personajes más escurridizos, aquellos que te dan largas...". Uno imagina, también, que el deber de todo entrevistador es preguntar cuando el entrevistado escurridizo ya se le sienta delante. A otra hora de la noche, en Telemadrid, Sánchez Dragó se arrepintió de haberse arrepentido por lo que dijo acerca de los inmigrantes y la suciedad de Madrid. A los que se lo afearon los llamó liberticidas. Quieren la libertad de expresión sólo para ellos.

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