Cabaré irreverente para satirizar a los políticos y a la 'tele'

Los coruñeses Fabulosos Cubatas recorren España con sus mordaces versiones de los 80

Cultivan con el esmero de un friki lo que llaman el cutre luxe en un espectáculo minimalista (voz y guitarra) pero estrafalario en la sátira para burlarse de modas y episodios de la actualidad. Los Fabulosos Cubatas de Fockink Brother son dos, Pepe Larios Méndez y Eduardo Hermida, truhanes disfrazados de puteros de los 70 que prodigan estética, modos y usos del hortera. Los políticos, la televisión y la prensa del corazón tienen hueco preferente en las bufonadas de este dúo gallego que proclama ser parte de "la autarquía musical del siglo XXI".

Estos h...

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Cultivan con el esmero de un friki lo que llaman el cutre luxe en un espectáculo minimalista (voz y guitarra) pero estrafalario en la sátira para burlarse de modas y episodios de la actualidad. Los Fabulosos Cubatas de Fockink Brother son dos, Pepe Larios Méndez y Eduardo Hermida, truhanes disfrazados de puteros de los 70 que prodigan estética, modos y usos del hortera. Los políticos, la televisión y la prensa del corazón tienen hueco preferente en las bufonadas de este dúo gallego que proclama ser parte de "la autarquía musical del siglo XXI".

Estos hermanos con nombre de marca de ginebra ya desaparecida cantan al metrosexual, a la cultura playera del "tanga mandanga", a la esclavitud de la hipoteca, a la farlopa como alternativa al Revital o al tunero que maquea su coche soñando con Niki Lauda (con música de Lady Laura, de Roberto Carlos). Juegan a bordear, sin traspasarla, la frontera de la chabacanería.

No componen sino que reciclan éxitos, fundamentalmente de los 80. The wall, de Pink Floyd, es reconvertida en un "Era o meu querer" y Sex Machine, de James Brown, en un cómico relato de la crisis de las vacas locas. Eduardo, un pintor artístico ferrolano y "aldeano que vive como Dios", y Pepe, dueño del pub Garufa de A Coruña, sólo renuevan su repertorio cada cinco años.

Tampoco han editado discos. Con siete años dedicados al "cabaré irreverente", pasean por toda España su "espectáculo de gamberros mentales", con unas 80 actuaciones al año. Estos días andan por Valladolid y Segovia. Fueron contratados para protagonizar fiestas privadas de un banquero de A Coruña y un ex conselleiro del PP, un partido que está siempre en su diana. Fraga es mentado como "un gran capón venido a menos"; la política de gasto de la Xunta, equiparada a las tiendas del Todo a cien (versión de Chain of fools, de Aretha Franklin) y Julián Muñoz, homenajeado con el grito de "Nunca Máis un Marbella para Galicia". En su última actuación en el Garufa, sentenciaron que el PP "martirizó al personal con su telegaita, y los rojos, ahora, no lo hacen mejor". "Por lo menos quitaron el Supermartes", protestó un joven del público

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