Una trampa para motos entre los acantilados de Málaga y Granada

Los 16 kilómetros que separan la Cueva de Nerja de La Herradura (Granada) en la N-340 se han convertido en el tramo donde más motociclistas mueren o resultan heridos de gravedad en accidentes de tráfico de toda la red española de carreteras, según el Informe Eurorap. A estas alturas, dicho tramo ya no debería existir, pues desde febrero del pasado año debía estar desdoblado, según las previsiones que hizo el Ministerio de Fomento cuando se iniciaron las obras de prolongación de la A-7 desde Nerja hasta La Herradura.

Justamente, el tramo peligroso empieza donde termina la autovía, en el ...

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Los 16 kilómetros que separan la Cueva de Nerja de La Herradura (Granada) en la N-340 se han convertido en el tramo donde más motociclistas mueren o resultan heridos de gravedad en accidentes de tráfico de toda la red española de carreteras, según el Informe Eurorap. A estas alturas, dicho tramo ya no debería existir, pues desde febrero del pasado año debía estar desdoblado, según las previsiones que hizo el Ministerio de Fomento cuando se iniciaron las obras de prolongación de la A-7 desde Nerja hasta La Herradura.

Justamente, el tramo peligroso empieza donde termina la autovía, en el poblado nerjeño de Maro, kilómetro 296,6 de la N-340. La carretera serpentea en esta zona por los acantilados del paraje natural de Maro-Cerrogordo y el barranco de Cantarriján. La belleza del trazado contrasta con su peligrosidad por las curvas cerradas y prolongadas y los muchos desniveles con cuestas muy pronunciadas. El firme de la calzada está además en estado irregular. Especialmente de cuidado resultan los primeros seis kilómetros de la provincia de Málaga en dirección Nerja, entre los puntos 302 y 296.

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En la inmensa mayoría de estos 16,6 kilómetros kilómetros está prohibido adelantar, y hay sendos carteles donde se informa de "curvas peligrosas" y se recomienda moderar la velocidad. En la mayoría del tramo, la velocidad está limitada a 70 kilómetros por hora, y hay algunos puntos donde se restringe a 60, 50 e incluso 40 kilómetros por hora en las curvas más peligrosas y en los puntos de salida de camiones que trabajan en las obras de construcción de la nueva autovía que se inaugurará "en breve".

El camarero de una venta denuncia que "los de las motos van como locos". "Algunos se tiran por la cuesta a tumba abierta, dan miedo". Se queja de que en verano la intensidad del tráfico es "tremenda, imposible para una carretera así".

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