Cocinero predilecto

El veterano cocinero Tomás Urrialde, de 76 años, que desde los doce lleva pegado a los fogones, ahora como desprendido colaborador en masivas convocatorias gastronómicas benéficas, presume de ser una de las pocas personas que tiene un libro de cocina firmado por el pintor Salvador Dalí, a quien conoció cuando trabajaba en el mesón de Cándido López, a los pies del Acueducto, donde permaneció más de cuarenta años. Poco antes de entregarle el título de hijo predilecto de Segovia, el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, recordó en tono jocoso cómo el también micólogo dejó un...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El veterano cocinero Tomás Urrialde, de 76 años, que desde los doce lleva pegado a los fogones, ahora como desprendido colaborador en masivas convocatorias gastronómicas benéficas, presume de ser una de las pocas personas que tiene un libro de cocina firmado por el pintor Salvador Dalí, a quien conoció cuando trabajaba en el mesón de Cándido López, a los pies del Acueducto, donde permaneció más de cuarenta años. Poco antes de entregarle el título de hijo predilecto de Segovia, el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, recordó en tono jocoso cómo el también micólogo dejó un día marcada con estacas una zona para que llegaran a recoger setas, con la seguridad de encontrarlas Enrique Barón y Carlos Solchaga, entonces ministros de Felipe González, y habló de un récord del homenajeado, como fue servir un cochinillo a las diez de la mañana al actor y director Orson Wells, que lo comió entero y repitió. Urrialde vivió con emoción un homenaje muy completo, incluido un paseo a bordo de un Hispano Suiza, de 1921, rodeado por decenas de cocineros, o viéndose reflejado en una marioneta del grupo Libélula, que dirige Julio Michel, mientras le dedicaban canciones los grupos de folclore Nuevo Mester de Juglaría y Landú, entre cerca de 2.000 personas, que degustaron, de pie y lloviendo, unos buenos judiones de La Granja con caldereta de cordero.-

Archivado En