Crónica:Fútbol | 13ª jornada de Liga

El Valencia está en los huesos

El equipo de Quique encaja un gol a los 35 segundos y cae ante un Recreativo más fresco

El Recreativo sabe a qué juega. El Valencia, no. O al menos le cuesta un mundo descubrirlo. Una diferencia tan básica decantó anoche el partido para el equipo andaluz y hundió todavía más a un Valencia que no encuentra consuelo. El Recre marcó al medio minuto, desarboló al conjunto de Quique en el primer tiempo y sufrió en el segundo ante el empuje del Valencia, liderado por Vicente y víctima otra vez de su falta de pegada. Sin Villa ni Morientes, el Valencia se desvaneció en el área y acabó sentenciado al contragolpe.

El reloj apenas se había movido 35 segundos y Cañizares ya recogía i...

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El Recreativo sabe a qué juega. El Valencia, no. O al menos le cuesta un mundo descubrirlo. Una diferencia tan básica decantó anoche el partido para el equipo andaluz y hundió todavía más a un Valencia que no encuentra consuelo. El Recre marcó al medio minuto, desarboló al conjunto de Quique en el primer tiempo y sufrió en el segundo ante el empuje del Valencia, liderado por Vicente y víctima otra vez de su falta de pegada. Sin Villa ni Morientes, el Valencia se desvaneció en el área y acabó sentenciado al contragolpe.

El reloj apenas se había movido 35 segundos y Cañizares ya recogía incrédulo el balón de sus redes. Después, cómo no, de una estupenda jugada del Recreativo, que no entiende otra manera de llegar a la portería que mimando el balón. Sinama abrió el campo por la derecha y los medios lanzaron a la carrera a Javi Guerrero, que dejó en evidencia a Curro Torres. El delantero recortó como si nada al lateral y fusiló a sangre fría a Cañizares, que sólo pudo poner el guante para que Aitor empujara la pelota a gol. Un tanto marca de la casa, firma de un conjunto fresco que ataca desde el primer minuto.

RECREATIVO 2 - VALENCIA 0

Recreativo de Huelva: López Vallejo; Merino, Pablo Amo, Mario, Dani Bautista; Santi Cazorla (Barber, m. 82), Jesús Vázquez, Viqueira, Aitor (Juanma, m. 68); Javi Guerrero (Uche, m. 62) y Sinama-Pongolle. No utilizados: Laquait; Calle, Rosu y Bouzón.

Valencia: Cañizares; Curro Torres, Ayala, Navarro (Hugo Viana, m. 46), Cerra (Tavano, m. 77); Joaquín, Baraja, Albiol, Vicente; Silva y Angulo. No utilizados: Butelle; Pablo, Pallardó, Guerra y Jorge López.

Goles: 1-0. M. 1. Javi Guerrero se marcha por el centro de Curro Torres, su disparo lo detiene Cañizares y Aitor, solo, marca en el rechace. 2-0. M. 81. Contraataque que culmina Sinama-Pongolle.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Aitor, David Navarro, Baraja y Cerra.

Unos 17.000 espectadores en el Nuevo Colombino de Huelva. Antes del partido y en el descanso se grabaron imágenes para la película Salir pitando, una comedia sobre un árbitro y un juez de línea.

Sin Villa ni Morientes, el Valencia se desvaneció en el área y acabó sentenciado a la contra
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El Recre disfrutaba con el balón en los pies, sobándolo mientras los jugadores del Valencia movían los ojos de un lado a otro. Roto como está el equipo de Quique por las lesiones, el tanto fue un estacazo en pleno corazón. Si el Valencia necesitaba una inyección de vitaminas, lo que recibió fue toda una bofetada. Al rescate acudió Vicente, el motor del equipo durante todo el partido. El extremo pidió el balón, regateó, lanzó faltas, recorrió la banda arriba y abajo y mandó centros a discreción. En el área, sin embargo, esperaban dos delanteros reciclados, Angulo y Silva, futbolistas rápidos que carecen del martillo rematador de Villa y Morientes. Lesionados, claro.

Preso de un ataque de nervios, el Valencia descubrió un agujero en el centro de su defensa. Ayala y David Navarro mezclaron mal y los delanteros del Recre se dieron un festín. Frente a las estatuas de los zagueros, Sinama y Javi Guerrero eran dos cohetes. El francés abrió el coladero a los cinco minutos otra vez por el centro, Guerrero se escapó poco después por el mismo lugar y sólo su falta de puntería evitó la sentencia. El Recre jugaba como quería, en corto y en largo. Albiol sufrió fuera de lugar en el centro del campo y los medios blanquiazules encontraron la espalda a los centrales del Valencia como en un partido de colegio.

El Recre era tan feliz con la pelota que por un momento se olvidó de defender. En medio del festival del conjunto de Marcelino, Silva se coló entre una rendija, regateó a López Vallejo y envió suavemente el balón al palo con toda la portería desnuda. Apenas debía empujarlo con su pierna derecha pero, zurdo cerrado, perdió un segundo en acomodar su cuerpo a su mejor perfil y el defensa le dio un golpe de cadera para desviar su lanzamiento. El Valencia está gafado, sin un gramo de suerte.

Sinama prolongó el correcalles para desesperación de sus marcadores. Tan pronto aparecía en la banda derecha como en la izquierda o el centro. El delantero llevó de calle al Valencia, demasiado flojo en el primer tiempo, sin presión en el centro del campo y sólo aliviado por el orgullo de Vicente y algunas pizcas de clase de Silva. De Joaquín, en el otro costado, apenas hubo noticias. Cuando le toca arremangarse, al extremo todavía le entra la flojera.

Quique movió el banquillo en el segundo tiempo. Claro que los recambios ofrecían poca munición. El técnico regresó, eso sí, a la propuesta más lógica: devolver a Albiol a su sitio natural, la defensa, y dar la manija a Hugo Viana, más creativo con el balón para remontar el vuelo. Y al equipo le cambió la cara. Pasó de dominador a dominado y arrinconó al equipo andaluz en su campo. Sin perder de vista la portería, el Recre retrasó varios metros sus líneas y manejó el encuentro como pudo. Marcelino recurrió para la última media hora a Uche, un torbellino cada vez que sale del banquillo, para mantener la tensión, pero su equipo casi se quedó sin gasolina.

El Valencia certificó lo que ya sabía. Que sin la dinamita de Villa y Morientes al grupo le cuesta un mundo marcar un gol. Entre ambos suman dos tercios de los tantos del equipo este curso. Detrás de ellos, el desierto. Lo intentó hasta el final un incansable Vicente, que disparó demasiado cruzado, y Angulo, otra vez fallón como delantero. A falta de juego brillante, al Valencia ni siquiera le salvó el acierto para aliviar sus males ni el orgullo de varios de sus jugadores, sobre todo Vicente. Dominó el partido en el último tramo y encerró al Recreativo, pero sin chispa. El equipo está en los huesos, raquítico, lleva seis partidos de Liga sin ganar y sólo una victoria como visitante. Su depresión es infinita.

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