Resuelve Raúl, maravilla Ronaldinho

Desvencijado el Valencia, el Madrid aguantó el tirón del Barça mientras el Sevilla, que venció al Athletic 1-3 en San Mamés, reitera que no aceptará un año más de bipartidismo. Los grandes resuelven sus partidos por caminos opuestos y, de momento, tres puntos separan a azulgrana y madridistas y sólo uno a los de Rijkaard y el Sevilla. Al equipo de Capello le alcanzó con un gol para ganar en Mestalla: Reyes robó la pelota, profundizó para Roberto Carlos y el centro del lateral lo empujó Raúl. Así de rápidos y fáciles son los encuentros del Madrid en cancha ajena para desesperación del cuadro lo...

Desvencijado el Valencia, el Madrid aguantó el tirón del Barça mientras el Sevilla, que venció al Athletic 1-3 en San Mamés, reitera que no aceptará un año más de bipartidismo. Los grandes resuelven sus partidos por caminos opuestos y, de momento, tres puntos separan a azulgrana y madridistas y sólo uno a los de Rijkaard y el Sevilla. Al equipo de Capello le alcanzó con un gol para ganar en Mestalla: Reyes robó la pelota, profundizó para Roberto Carlos y el centro del lateral lo empujó Raúl. Así de rápidos y fáciles son los encuentros del Madrid en cancha ajena para desesperación del cuadro local, que acostumbra a vencerse ante Casillas, como así le ocurrió a Angulo. Asegurada su portería, el Madrid siempre encuentra un jugador que meta el gol. Ayer le tocó a Raúl, que ejerció de ariete y de Guti en una actuación que avala su y compromiso con el juego.

Aguantó Raúl y respondió bien el Madrid en una jornada condicionada por el impacto del gol que marcó Ronaldinho al Villarreal. El remate fue una sítensis de las virtudes del brasileño. La definición del Gaucho evocó al disparo exacto de Kubala, al escorzo de Cruyff ante Reina, a la cola de vaca de Romario o a la chilena de Rivaldo. El gol devolvió a Ronaldinho a la niñez, cuando golpeaba la pelota contra la pared y remataba mientras se caía de espaldas sobre la cama, y coronó una actuación estupenda del Barça.

Funcionó individual y colectivamente el equipo azulgrana, más coral que nunca, equilibrado por Edmilson y animado por Iniesta y Deco. A la que mezclan bien los dos volantes y el medio centro coge el sitio entre los zagueros y los delanteros, el Barça se siente el dueño de la pelota y el amo del cotarro futbolístico. Juega con naturalidad, sin miedo ni retrovisor, convencido de su suerte, entregado a Ronaldinho, al que ya sólo le falta marcar un gol desde medio campo

Ronaldinho es el pichichi y el Barça se reafirma como líder con una estadística histórica en puntos y goles. Los mismos números certifican en cualquier caso la candidatura del Madrid por más luz y color que haya en el Camp Nou. Y, entre medio, con un poco de ambos y mucho de suyo, se presenta el Sevilla como la tercera vía. Pinta bonita y peleada la Liga.