Reportaje:

El 'caso Cofidis' llega a juicio

El ciclista británico David Millar, entre los 10 acusados de formar una trama de dopaje

En enero de 2004, la policía francesa llevó a cabo registros, detenciones, interrogatorios y decomisos de sustancias dopantes para desmantelar una pequeña red de tráfico que suministraba productos dopantes a algunos ciclistas del equipo Cofidis. Ayer, casi tres años más tarde, comenzó en Nanterre, en las afueras de París, el proceso a diez personas acusadas de formar parte de la red de trapicheo o de beneficiarse de ella.

Después de la intervención policial, que mostraba una vez más los extravagantes usos del ciclismo desde una perspectiva más caótica y chapucera que la demostrada por e...

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En enero de 2004, la policía francesa llevó a cabo registros, detenciones, interrogatorios y decomisos de sustancias dopantes para desmantelar una pequeña red de tráfico que suministraba productos dopantes a algunos ciclistas del equipo Cofidis. Ayer, casi tres años más tarde, comenzó en Nanterre, en las afueras de París, el proceso a diez personas acusadas de formar parte de la red de trapicheo o de beneficiarse de ella.

Después de la intervención policial, que mostraba una vez más los extravagantes usos del ciclismo desde una perspectiva más caótica y chapucera que la demostrada por el caso Festina, el Cofidis se autosuspendió unas semanas, despidió a los corredores implicados y sólo regresó a la competición después de efectuar un cambio casi absoluto entre su personal directivo y técnico.

Entre los acusados destaca por su notoriedad el británico David Millar, por entonces, 2004, campeón del mundo contrarreloj, quien confesó a los policías que lo interrogaron y al juez instructor que durante varios años se había dopado con EPO. Sus confesiones permitieron a la federación británica suspenderlo por dos años. A diferencia de España, donde las revelaciones de la Operación Puerto no pueden utilizarse para proceder a sanciones deportivas, en Francia el juez no prohibió a los organismos deportivos el uso de elementos del sumario.

Millar terminó en agosto de cumplir su sanción deportiva y en septiembre, tras ganar una contrarreloj de la Vuelta, hizo campaña en favor de un deporte sin dopaje, pero ello no le exime ahora de sentarse en el banquillo para responder ante una acusación de "importación, transporte, posesión y uso de sustancias venenosas" que puede suponerle una pena menor de cárcel.

Los otros nueve acusados en un juicio que se alargará hasta el viernes son los ex ciclistas afincados en Francia Oleg Kozlitine, Philippe Gaumont, Massimiliano Lelli, Robert Sassone y Daniel Majewski, los aún corredores en activo Marek Rutkiewicz y Médéric Clain -quienes seguramente serán sancionados deportivamente después del proceso-, el masajista polaco Boguslav Madejak -hombre clave de la trama, que pasó dos meses y medio en prisión a comienzos de 2004- y el farmacéutico francés Pierre Ben Yamin.

El francés Sassone, uno de los acusados, aseguró ayer en la primera jornada de la vista que juzga este caso, que "casi todos los corredores del pelotón, salvo algunas excepciones" consumen productos prohibidos.

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