Fútbol | Novena jornada de Liga

El misterioso córner de Raúl

El Bernabéu nunca es previsible. Ayer era el día de Ronaldo. Todo el mundo preguntaba por el brasileño. El público que se acercaba al campo quería saber si jugaría por fin. Y Ronaldo jugó. Por primera vez fue titular en la Liga. Sin embargo, la canción del fondo sur tuvo otra letra. Un guión de una sola palabra repetida con cacofonía de aullido: "¡Raaaauuuuuul-Raúl-Raúl-Raúl-Raaaauuuul-Raaauuuul!".

El público del Bernabéu es especial, y Ronaldo lo sabe. El día que presentó su balón de oro en Chamartín, en 2002, la gente le recibió con el mismo cántico que ayer. Como si quisiera r...

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El Bernabéu nunca es previsible. Ayer era el día de Ronaldo. Todo el mundo preguntaba por el brasileño. El público que se acercaba al campo quería saber si jugaría por fin. Y Ronaldo jugó. Por primera vez fue titular en la Liga. Sin embargo, la canción del fondo sur tuvo otra letra. Un guión de una sola palabra repetida con cacofonía de aullido: "¡Raaaauuuuuul-Raúl-Raúl-Raúl-Raaaauuuul-Raaauuuul!".

El público del Bernabéu es especial, y Ronaldo lo sabe. El día que presentó su balón de oro en Chamartín, en 2002, la gente le recibió con el mismo cántico que ayer. Como si quisiera recordarle que nunca, por más que se esfuerce, logrará alcanzar cierta categoría en la mitología local. A Ronaldo esto pareció no importarle ayer, y en dos acciones, en los dos únicos balones que le llegaron al pie en las inmediaciones del área de Pinto, lanzó dos tiros que obligaron al portero del Celta a estirarse hasta la cepa de sus palos. Fueron las mejores ocasiones que tuvo el Madrid en la primera parte, además del gol. El gol del Madrid, que llegó, según los augurios inescrutables del Bernabéu, tras un córner botado por Raúl. Un hecho histórico.

Después de una era en la que los saques de esquina se los disputaron Figo y Beckham, con Capello esta labor ha pasado a formar parte de las funciones exclusivas de Guti, puesto que Beckham juega poco. Ayer, sin embargo, Raúl se interpuso al especialista cuando al Madrid le tocó lanzar su tercer tiro de esquina. El perfil era el ideal para un zurdo. Como Raúl también lo es, allá fue agitando los brazos para animar a la grada y pedir el balón al recogepelotas con urgencia. Se agotaba el primer tiempo y el Celta ganaba 0-1. Así que el capitán lanzó su primer córner en muchos años. Lo hizo con clase. La pelota se fue abriendo y Emerson se la encontró de frente para producir un remate violento de cabeza al palo contrario. Fue gol. Y Raúl corrió a celebrarlo como si lo hubiera hecho él. Como si valiera para lograr muchos puntos. Pura ilusión, a la vista de los acontecimientos: Capello quitó a Robinho en el descanso, mandó a la ducha a Ronaldo en el minuto 65, y el Celta ganó el partido en el 85. Para entonces en el Bernabéu ya no cantaba nadie.

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