Análisis:A LA PARRILLA

Intermedio

En el capítulo del miércoles de Perdidos (TVE), Charly, uno de los personajes que intenta sobrevivir al accidente de avión, le dice a Lock: "¿Es un poco de locos, verdad?". La serie, que va perdiendo audiencia pese a su extraordinario nivel, atraviesa por un momento de vértigo argumental fascinante y de gran carga metafórica. En Perdidos se han creado tres niveles que jerarquizan, a través de la fábula, la estructura de poder de la isla. Los supervivientes se consideran "nosotros" y hablan de los líderes más decididos y valientes como de "ellos" y de los malos como de "los otros"...

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En el capítulo del miércoles de Perdidos (TVE), Charly, uno de los personajes que intenta sobrevivir al accidente de avión, le dice a Lock: "¿Es un poco de locos, verdad?". La serie, que va perdiendo audiencia pese a su extraordinario nivel, atraviesa por un momento de vértigo argumental fascinante y de gran carga metafórica. En Perdidos se han creado tres niveles que jerarquizan, a través de la fábula, la estructura de poder de la isla. Los supervivientes se consideran "nosotros" y hablan de los líderes más decididos y valientes como de "ellos" y de los malos como de "los otros". Los otros, por su parte, consideran que los otros son los nosotros, mientras que los ellos temen cualquier reacción de los nosotros y de los otros y les ocultan información para evitar motines, derramamientos de sangre o pánicos. O sea: exactamente igual que en las relaciones políticas de verdad.

Otro caso de supervivencia ejemplar y estimulante es el de El Gran Wyoming. En El intermedio (La Sexta) ha recuperado su mejor lado cómico y la rapidez mental y verbal que le ha hecho justamente famoso. La combinación de informativo convencional, con Mamen Mendizábal, y de informativo sarcástico-demoledor, con Wyoming, es una de las combinaciones más estimulantes de esta temporada, sobre todo teniendo en cuenta que a esa hora soplan huracanes sensacionalistas. El intermedio incluye una encuesta absurda y psicotrópica en la que se preguntan cosas tan atrevidas como si los etarras deben anunciar sus comunicados llevando txapela o pasamontañas. Ganó la txapela, y Wyoming, siempre dispuesto a ejercer de servidor público, fingió llamar por teléfono a la banda asesina. Le salió un contestador automático: para negociar, pulse 1, para pagar el impuesto revolucionario, pulse 2. Es un alivio que alguien nos recuerde algunos aspectos fundamentales de la realidad sin sermonearnos. No vayamos a olvidar quiénes somos nosotros, quiénes son ellos y quiénes son los otros. Ah, y no se crean a los que dicen que no hay para tanto con Perdidos. Hay para tanto.

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